QUERIDO YO DEL PASADO:
No lo mires, no lo beses y sobre todo no lo ames.
Aunque tus ojos te lo impidan, oscurece la mirada y si tus labios lo desean, pues muerdete y aunque el corazón lloré, no lo escuchéis, detente, no avances, no lo ames.
Sentirás mil espadas recortar tu alma y la sangre recorrer en tus mejillas, pero no te entregues al amor.
Mil veces mejor morir por manos de uno mismo, que bajo el poder de tal asesino.