Como lo había prometido Toci, las esencias de las flores habían sido extraídas y colocado en cambio, otra que los volvía dioses. Mientras aquello ocurría los 5 dioses se prepararon para la batalla, todos utilizaban su traje de combate y acomodaban sus armas cuando Toci entro con un sequito de dioses y un frasco en la mano lleno de un líquido de varios colores.
-Los nuevos dioses están dormidos, y al menos que regresen victoriosos de su pelea con Atl, no despertaran hasta que yo lo diga. Dijo dándole el elixir a Quetzalcóatl.
-Esto no fue lo que acordaste. Reclamo Mictlantecuhtli apuntando con su lanza a Toci.
Los dioses del lado de Toci se pusieron en guardia por si llegaban a atacar a la diosa madre, Quetzalcóatl tomo la lanza de Mictlantecuhtli haciendo que dejara de apuntar a la diosa.
-Volveremos victoriosos, despertaras a los cinco y nos iremos al mundo humano, algún día volveré y reclamare mi puesto, recuerda que solo tienes el control por que así lo quiero.
Toci dio un paso atrás cuando el ex -rey de los dioses le hablo en un tono bajo y amenazante. Quetzalcóatl le dio la espalda a Toci y abrió un portal.
Entro, junto con los demás dioses siguiéndole el paso; al remolino de colores que llevaba hacia las profundidades del mar. Donde encontraron a Atl encadenada al suelo marino.
Atl era considerada una de las diosas más hermosas a pesar de ser una gigante, su cabello era azul con blanco, igual que sus ojos, que resaltaban con su piel verde turquesa, pero su aspecto era diferente, a lo que recordaban los dioses, su aspecto había perdido el color ahora era una mancha verde y azul grisáceo, la observaron con un poco de lastima mientras la diosa luchaba por liberarse. La piel de sus muñecas estaba destrozada y la sangre verde salía en enormes cantidades hacia la superficie del mar.
Atl de repente se detuvo al ver a los dioses y levantando una de sus manos en su dirección cientos de sombras surgieron a partir de su sangre.
-Al destruir a Atl, las sombras desaparecerán. Dijo Xochipilli.
Los dioses sin esperar a que terminaran de formarse las criaturas corrieron en su dirección.
Las sangre de Atl formo un tentáculo y los hecho hacia atrás, dándole tiempo a las figurar amorfas a que terminaras de crearse, estas nuevas sombras rugieron y atacaron con la misma fuerza que utilizaban los dioses para defenderse.
Cada vez que alguno de los dioses partía una sombra, de los restos se creaban más de ellas. Llego un momento que eran demasiadas incluso para estos viejos dioses, que ante su sorpresa comenzaron a agotarse. Xochipilli era el que más cansado estaba, no estaba acostumbrado a la guerra, cuando el nació los mundos estaban en paz. Xochipilli dejo caer en un descuido su arma y un par de sombras se lanzaron contra él, pero fue Tezcatlipoca con ayuda de Tláloc quienes lo ayudaron.
Quetzalcóatl aventó una sombra hacia la derecha donde no había ningún dios, y miro en dirección de los tres dioses, Tezcatlipoca saco un cuchillo de obsidiana y se lo dio a Xochipilli mientras los tres espalda con espalda miraban a las sombras sin dejar su pose de combate.
Quetzalcóatl observo a las sombras había un pequeño camino que sin querer habían dejado las criaturas ahora concentradas en los tres dioses, sin pensarlos dos veces corrió hacia Atl, varias sombras trataron de detenerlo pero gracias a Mictlantecuhtli quien lanzaba bolas de fuego hacia las sombras; el dios logro esquivarlas, Quetzalcóatl aprovecho el descuido de las criaturas, él tenía que darle la esencia a Atl y volver con Vidal.
Cuando por fin llego a pocos metros de Atl el dios salto esquivando a algunas sombras, tomo su macuahuitl al mismo tiempo que lanzaba la esencia a Atl, quien trató de esquivarlo pero con sus manos encadenadas no pudo hacer nada. Quetzalcóatl rompió el frasco enterrando a su vez el filo su arma en el cuerpo de la diosa, y provocando así que el líquido entrara por la herida y se extendiera.
Con el grito de la diosa, las sombras comenzaron a esfumarse en el aire.
Atl cayo de rodillas dando un segundo grito, Quetzalcóatl había caído de espaldas cerca de la diosa, pero a pesar de que debía moverse de inmediato la falta de aire en sus pulmones ante la enrome caída se lo impedía.
-Mictlantecuhtli abre el portal. Grito Tezcatlipoca mientras corría hacia su hermano.
Mictlantecuhtli abrió de inmediato el portal cuando vio que la diosa gritaba y de ella salían rayos de luces rojas y amarillas. Xochipilli y Tláloc entraron en el portal seguido de él. Tezcatlipoca tomo a Quetzalcóatl del brazo y colocándolo sobre sus hombros ayudo al dios a caminar para llegar al portal.
-¿Por qué me ayudas?- pregunto Quetzalcóatl caminando lo más rápido que podía.
-Porque Vidal es importante para Saúl, y no quiero que ese mocoso me regañe porque deje morir a la pareja de su mejor amigo. Respondió Tezcatlipoca mientras llegaban al portal.
-Algún día sabrán lo que significa perder a quien más amas. La voz de Atl llamo su atención, miraron sobre sus hombros hacia ella, estaba tirada en el suelo y mantenía una sonrisa macabra mientras los rayos de luz comenzaban a volver su piel una masa negra viscosa a punto de estallar.
Tezcatlipoca los empujo hacia el portal justo cuando la masa exploto, tan pronto los dos entraron a la sala de la principal de la pirámide del sol, el portal se cerró. Frente a ellos Tláloc y Mictlantecuhtli abrazaban a las chicas, Xochipilli estaba abrazado como un mono en el pecho de Badir.
-¿Qué te pasa? ¿Por qué tardaste tanto?- el grito de Saúl lleno la sala. Tezcatlipoca soltó un bufido molesto, pero Quetzalcóatl podía ver lo aliviado que estaba de ver al chico.
Tezcatlipoca soltó a Quetzalcóatl cuando un golpe sobre su pecho lo hizo caer hacia atrás, Vidal se había lanzado sobre el mientras lo abrazaba.
-Estaba tan preocupado. Dijo el chico sin apartarse un poco del dios, en cambio lo único que podía hacer era corresponder el abrazo.
-¡Ya estamos aquí!, ¿Por qué te enojas?
Grito de Tezcatlipoca hacia Saúl.
-¡No est...!-la voz de Saúl fue silenciada.
Quetzalcóatl se levantó junto con Vidal echando una mirada hacia su hermano. Este había besado al chico para evitar más gritos, pero a pesar de que Saúl se resistía al principio termino correspondiéndole el beso y abrazándolo contra sí.
La puerta de la sala se abrió, Toci junto con Coatlicue, entraban llamando la atención de los presentes.
-Prometiste que nos dejarías ir. Hablo Tláloc.
-Lo sé. Dijo Toci mientras caminaba hacia Quetzalcóatl –solo venía a despedirme y a decirte que estaré esperando el día que reclames el trono. Sin decir más las diosas dejaron la habitación.
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Esencias
FantasyHace millones de años tras no existía nada, solo una inmensa oscuridad que reinaba en el silencio. Pero de pronto esto cambio, nadie sabe quién la puso ahí o cómo surgió pero en medio de la penumbra apareció una luz, los destellos de colores eran...