II

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Recolectas tus pertenencias lo más rápido que puedes. Tu libreta cae al piso y en cuanto la recoges, tu bolso entero cae también vaciando todo su contenido. Te enfadas contigo, metes tus cosas a tu bolso y sigues a Jaebeom. Ignoras la mirada mitad confundida, mitad molesta del mesero y sales del restaurante.

No solo te enojas por tu torpeza física, sino que también por tu torpeza al hablar. Los dos gatos nuevos ya son familia para tu novio, lo sabes. Te enojas por estar pendiente de tu ensayo para el que tienes tiempo más que suficiente, cuando tienes a tu novio afligido frente a ti. No fuiste capaz de darte cuenta de su estado y te molesta porque a pesar de que Jaebeom es incapaz de formular su tristeza en palabras, esa tristeza es siempre evidente en su cuerpo. A veces apenas puede expresar su felicidad, por lo que constantemente te recuerdas leer su cuerpo. Lo sabes y está vez no lo viste.

Lo buscas con la mirada en el callejón. Jaebeom camina pausado, varios metros más allá del restaurante. Apuras el paso para caminar a su lado.

"Jaebeom, detente". Le tomas el brazo y lo entrelazas al tuyo. Él se detiene y permite que te acerques a él, pero no te mira. "Lo que dije salió muy mal formulado. De verdad lo siento".

Te mira de reojo, evidentemente molesto. "Llevo casi un mes con ellos. No son un gato cualquiera. Tú misma los conoces", dice en voz baja.

"Lo sé, amor. Lo dije mal. No lo quise decir así". Te aprovechas cuando baja la guardia y lo abrazas de frente, tus manos rodeando su cintura y acurrucando tu rostro en su cuello. "Estoy estresada porque es fin de semestre, solo no me escuches estos días, ¿okay?"

Jaebeom suspira, por segunda vez esta noche.

Lo abrazas fuerte y luego alejas tu rostro para mirarlo bien. Sus ojos están tristes y preocupados y su cuerpo demasiado tenso. Te parte el alma tenerlo así frente a ti.

"Va a costar que se lleven bien tan pronto. ¿Ya probaste dejarlos en otra habitación por ahora?"

"Ahora mismo están en el cuarto de Jinyoung", te dice dejando escapar una risita desanimada.

Te ríes imaginando el horror en el rostro de Jinyoung al encontrarse con dos gatos durmiendo sobre su cama. "Quizá sea mejor que estén separados algunos días". Detienes el abrazo y con mucho cuidado, tomas la mano accidentada de Jaebeom. "¿Te duele? ¿La desinfectaste?"

"No. Venía elegantemente atrasado a verte", bromea.

"¿Ni siquiera limpiaste tu herida? Jaebeom.... Suficiente. Vamos al hospital". Tu novio realmente te está dando razones para enojarte hoy.

"¿No estabas muriendo de hambre?"

"Tú podrías estar muriendo infectado por una bacteria". Vuelves a entrelazar tu brazo al suyo y comienzan a caminar lentamente por la calle.

"Ya están vacunados", te mira culpándote, con una sonrisa burlona. "Tú me acompañaste, ¿recuerdas? No necesito ir al hospital".

"Por supuesto que recuerdo. Pero tú eres el que sabe de gatos e infecciones".

Jaebeom se ríe despacio. Hay un silencio en el que ambos aprovechan para nutrirse de la latente vibra nocturna. Salen del callejón, aproximándose a las calles bulliciosas del centro, donde los humeantes puestos de comida ofrecen inimaginables comestibles y donde la música proveniente de las tiendas abiertas las veinticuatro horas empapa de energía a los cansados transeúntes.

"Vamos a mi apartamento, tú me cocinas arroz frito con kimchi y yo te limpio la herida". Acaricias sus dedos suavemente, con cuidado para no pasar a llevar su muñeca.

"Vamos". Jaebeom te sonríe dulcemente, a penas capaz de contener su emoción. Te da una sonrisa tímida que podría en cualquier momento estallar en una carcajada. Podrías asegurar que esa sonrisa que acabas de leer es un atisbo de felicidad.

Cinco gatos | GOT7 JB | fluffDonde viven las historias. Descúbrelo ahora