Two Daddies =Starker-SpiderStrange=

Capítulo 5...

-No...no Stephen, no puedes obligarme a hacer eso...-Dije llorando con un dolor insoportable en el pecho, y aún llorando en el suyo.

-Peter, ¿Acaso no quieres estar conmigo?...-Me cuestionó seriamente.

-No lo sé, no lo sé.. -Me alejé de él con el rostro bañado en lágrimas, me sentía horrible, dentro de mi, sabía que Stephen tenía razón, y tenía todo el derecho de reclamarme una decisión, yo entré en este juego, lo difícil sería salir.

Un poco débil y alejándome de él para solloze esta vez más bajo.

Él me miró, intentó decir algo pero salí inmediatamente de su apartamento.

Lo escuché gritando mi nombre, quizá creyó que me estaba perdiendo para siempre, y quizá eso estaba pasando.

Caminé con los ojos hinchados y llegué a casa... sí es que aún podía llamarla así.

Toqué la puerta y la voz de Jarvis me atendió.

-Buenos días, joven Parker
-Hola amigo, ¿Tony está en casa?

-De hecho esta esperando por usted...-No supe que decir ante eso, así que entre en cuanto la puerta se abrió y me dirigí a su habitación.

-¿T...Tony?-El cuarto se encontraba en silencio y estaba algo oscuro, la luz del día no podía entrar gracias a las cortinas negras.

De verdad no sabía que estaba pasando.

Lo encontré cuando salía del baño, secándose el cabello, con una toalla negra alrededor de su cintura, se veía tan... deseable.

-Hola Peter...-Su voz sonaba tranquila e incluso amable. Se acercó a mí y antes de que pudiera decir algo me tomó en sus húmedos brazos para besarme.

No pude alejarme, en verdad no pude, era obvio hasta para el más tonto, (osea yo), que negarme a las caricias de Tony sería negar que respiro para seguir viviendo.

Comenzó a quitarme la ropa, al terminar con la playera beso mi clavícula y no pude evitar gemir, su bigote me hacía cosquillas.

Cuando al fin me tuvo desnudo en su cama, él se quitó la toalla y pude admirarlo por completo, las gotas corriendo por su piel, sus músculos brillando aún en la oscuridad, jamás me sentí tan culpable por haber buscado otra flama, cuando él era el maldito incendio.

Siguió besándome y abrió mis piernas, suspiré completamente excitado, sin prisa alguna entró en mi, yo encaje las uñas en sus sábanas.

Al llenarme se acercó a besarme mientras daba suaves embestidas gimiendo mi nombre en aquel beso.

A pesar de lo mucho que quisiera sentirlo sin ningun cuidado, no fui capaz de pedirlo, no sabía cuánto más duraría en sus brazos, quizá jamás volvería a suceder, no en cuanto lo supiera.

Terminamos aquella noche abrazados, y yo acariciaba su pecho haciendo círculos imaginarios en él.

-Tony, tengo...tengo algo que decirte...-Mencione suavemente, las piernas me temblaban.

-Shhh, apuesto a que no es tan importante.

-Pero...

-Peter, duerme, ya mañana habrá tiempo.

Con un beso en la frente me dió luz verde para dormir. No sé cómo logré hacerlo, la verdad era que sus brazos me hacían olvidarme de todo.

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Al llegar la mañana desperté y él no estaba en la cama.

En lugar de eso se encontraba frente al espejo, poniéndose un elegante traje negro.