Capítulo 1:

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Día nublado en Londres, Raro ¿no?, deslice mi brazo por las suaves sabanas de mi cama para terminar con el ruido infernal de mi despertador, marcaba las 6:00 am. Corrí hacia el baño y tome una ducha, me vestí y comí algo liguero, debía apurarme para llegar a tiempo a la audición, en realidad a su audición. 

Había mucha gente, muchísima iba a perder mucho tiempo para encontrarlo. Gracias al cielo que pude distinguí a su madre en un par de minutos al llegar allí, y ahí estaba él tan hermoso como siempre su cabello marrón y ojos del mismo tono, sus impecables lunares en su rostro, estaba vestido como siempre solo tenía pegado en su remera el número de audición *61898* me sentía orgullosa de él. Había estado dos años atrás pero lamentablemente no pudo entrar, se esforzó mucho este año, dedico cada tiempo libre que tenía en cantar y repetir una y otra vez la misma canción. Yo amo verlo cantar, lo hace tan feliz, se ve lleno de vida cuando lo hace y no puedo evitar amarlo más.

-Hola- me acerque a él y le di un pequeño beso.

-Hey, ¿Cómo estás?- me sonrió. Yo muero  y revivo cada vez que lo hace. 

-Bien, estoy tan orgullosa de ti- y lo abrazo por la altura de la cintura.

-todavía no cante- se ríe y me devuelve el abrazo.

-lo vas a hacer genial- me da un beso en la coronilla. 

-gracias por venir- hacemos contacto visual y lo sostiene durante unos segundos- te amo, enserio gracias por venir- y me da un dulce beso. 

-yo también- alcanzo a susurrar, no es necesario que se lo diga porque él ya lo sabe, pero lo diría hasta que no pueda más. Nos quedamos así unos minutos más, hasta que lo llamaron. Le desee mucha suerte y me despedí de él. 

Al terminar su audición corrió hacia mí y me estrecho en sus brazos, por la enorme sonrisa que tenía supe que lo había logrado, consiguió tres “sí” y el más importante el sí de Simon, el que tanto anhelaba, ya estaba adentro de esta competencia estoy tan contenta por él, esto es su sueño y no quiero que nada ni nadie pueda arrebatárselo, se lo merece por trabaja tan duro en su sueño.

-¿En qué piensas?- me interrumpe, estábamos en el auto de mi padre, yendo a mi casa para “festejar” sus tres sí. 

-En lo orgullosa que me siento de ti- lo miro directamente a sus hermosos ojos marrones que podría hacer cualquier cosa por ellos, y le sonrío. 

Seguimos hablando de cualquier idiotez que se me ocurra, como que tenía un agujero en su zapato y no podía evitar reírme de él. Llevamos dos años y medio de relación, es el primero y el único chico con quien estuve en mi vida, nos llevamos un año de edad.  Recuerdo el día que me pidió que fuera su novia salimos al patio del colegio y nos sentamos en las bancas que quedaban cerca de la cancha de fútbol, recuerdo estar muy nerviosa por lo que me iba a decir pensé que sería algo grabe o que le paso algo, pero era todo lo contrario. Salte hacia él y le respondí con un beso, me avergüenzo de eso hoy en día. 

Llegamos a mi casa y nos esperaba algunos familiares y amigos, todo fue muy agradable. Ya eran alrededor de las 00:00hs y todos comenzaron a irse, cuando lo hicieron fui directo a mi cuarto a dormir. 

Caminos CruzadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora