Esta es la historia de Sergio Schwarzenegger un robot que fue al pasado para matar a Sarah Connors: una zorra del 3x1 que ayudaría a Mario Bros a destruir la computadora del SIDA (ubicada en el Panal de la corporación Umbrella).
Pero los buenos mandaron a un rubio homofóbico llamado Riz para salvarla y la salvo. Y además garcharon y nació el putito este de John Connors.
Entonces, la computadora, mando otro robot más avanzado para matar a Connors, porque al igual que la zorra anterior el también destruiría la computadora. Pero los buenos mandaron otro robot Schwarzenegger para salvarlo y lo salvo. En eso, los malos, mandaron otro robot para matar a John Connors adulto, pero los buenos mandaron de nuevo a Schwarzenegger y como Schwarzenegger tenia las pelotas llenas de que lo manden de un lado pa'otro tantas veces se re'calienta.
Imagínate: lo tienen podrido con tanto viaje en el tiempo.
Acá la cosa se complica, porque aparece Shwarzenegger y mata a John Connors. Si, Johnsito Connors muere.
Pero la cosa nós sorprende un poco más, porque Johnsito esta vivo y no solo eso, si no que es un robot y no solo es un robot si no que es malo.
Por algún motivo que se me escapa, Johnsito no quiere que destruyan a Genesis. Básicamente, Genesis: es una app como Facebook o WhatsApp que controla las filtraciónes de porno en las redes y que eventualmente se convertira en la computadora del SIDA del futuro.
En fin, John quiere defender al Genesis ese, pero Sergio Schwarzenegger descubre su punto débil, el punto débil de cualquier robot, el punto débil de cualquier objeto metálico: el reggaeton.
Pero como nadie quiere escuchar a ese cantar, aparece Rambo y lo viola, lo golpea, y gana, porque es Rambo.
Pero entre tanto viaje en el tiempo y tanta muertes se olvidan de la computadora del futuro y esta activa la bomba esta del SIDAarmageddon y el mundo explota y les da SIDA y se mueren.
Hasta la vista mundo, que la fuerza te acompañe.
Fiiiiiiiiioin!
Pero Rambo no se muere, porque es Rambo.
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Cuentos Pa'Cagarte
HumorCuento para contar que no son como realmente deberían ser. Y, si les gusta, diganme cuentos para cagar.
