Esperando por ti

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Esa noche también iba a tener que esperar.

Ya habían pasado catorce, las había contado. Era la primera vez que tenía que esperar tanto, aquello comenzaba a preocuparle.

Tim corrió la cortina que cubría el enorme ventanal de su habitación. El sólo hecho de contemplar la luna desde su cama lo hacía sentir triste.

Había pasado la hora de llegada de todos a la mansión. Dick, como siempre, había ido a reportarle el patrullaje y darle las buenas noches, Bruce tenía tareas que darle y a Damian sólo lo había escuchado llegar con su escándalo habitual luego de patear algunos traseros.

Tim también se dedicaba a patrullar, pero llegaba antes a casa ya que era mejor para todos que él se encargara de trabajar en la computadora.

El único que no llegaba era Jason, pero ya llevaba ausente catorce días.

Tim recordó cómo había comenzado todo. Hace un par de meses Jason se había arrastrado hasta su ventana, con las pocas fuerzas que le quedaban. Él acostumbraba a ir a la mansión de vez en cuando, pero, en general, lo evitaba. Ese día no le quedó otra opción, se encontraba sumamente herido. Ninguno de los otros había vuelto aún, pero Tim ya estaba revisando algunos archivos en la Bati-computadora; cuando su sistema de vigilancia le avisó que había un intruso en su habitación, rápidamente revisó las cámaras y se dio cuenta que era su "hermano" en muy mal estado y dejando manchas de sangre por todos lados.

No supo por qué razón no llamó a Alfred. Esa noche se encargó él de las heridas de Jason. Limpió, curó, administró la medicina necesaria e incluso tuvo que suturar uno que otro corte. Por suerte el mayor estuvo desmayado durante todo el proceso. Al final, dejó que Jason durmiera en su cama y se sintió feliz de haber ayudado a quien siempre lo cuidaba.

Porque eso era algo que siempre hacían. Todos los "Robins" tenían diferentes personalidades y algunos eran muy complicados, como Damian, pero existía cierto lazo entre ellos, eso que llaman "hermandad", no importaba que sus padres no fueran los mismos, que vivieran separados o incluso que no se llevaran TAN bien con algunos, el lazo que los unía era irrompible e incondicional. Durante muchos patrullajes en las noches obscura de Gotham, había sido Jason quien se aparecía a darle una mano a Tim. Él no lo decía, pero tenían cierta conexión que no compartían con los demás. Quizás era aquel trauma de ser los hijos de en medio, o tal vez fuera el color rojo. Quizás era una tontería, pero no cabía duda, se notaba incluso en la forma en la que coordinaban sus movimientos al pelear.

Tim lo miró, tendido en la cama, con el rostro un poco magullado por los golpes y la respiración débil. No es que le gustara ver a Jason de esa forma tan vulnerable, al contrario, odiaba tener que verlo así. Pero, de alguna forma, le hacía conocer otra parte de su hermano mayor que no se mostraba con facilidad. Y él lo había escogido, a Tim específicamente, para brindarle ayuda, si no, ¿por qué otra razón habría llegado a su habitación en esas condiciones?

Sus sábanas grises se habían teñido de rojo. Tuvo que cambiarlas, asear y la noche se pasó de largo, estaba demasiado agotado, el cuerpo inconsciente de Jason pesaba más de lo que aparentaba, quizás por toda esa musculatura que había desarrollado en los últimos años. Era fácil de ver, comparado con todos, ninguno, ni siquiera Dick, iba a poder llegar a ser tan grande y tan fornido como el segundo Robin.

Planeaba dormir en el sofá marrón que estaba al fondo del cuarto, pero la cama tenía espacio suficiente para ambos y así podría estar más alerta por si Jason despertaba y necesitaba algo.

Sí, esa es la razón - se convenció a si mismo, aunque en el fondo sabía que lo único que anhelaba era estar junto a él y disfrutar de la sensación de dormir a su lado.

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⏰ Last updated: Nov 21, 2018 ⏰

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