Muñecas

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Todos los seres vivos de los nueve mundos, nacían con marcas que los hacían diferentes de los demás. Algunas eran pequeñas, otras grandes, unas más eran de aspecto marcado, que sobresalían en la piel y hacían un bonito contraste. Y habían también las que pasaban desapercibidas, casi transparentes, o que estaban muy escondidas y en lugares que nis sus dueños podían ver con facilidad y era hasta que otra persona le hacía saber de su existencia.

Él poseía muchas líneas y marcas por todo su cuerpo, al cambiar su apariencia aesir a jotun. Éstas eran de un tono blanco azulado; que sobresalían de su piel azul fría; las más pronunciadas eran las de su cara, hacían una especia de corona en su frente, y sienes. En lo particular no le gustaba el observarse en un espejo cuando eso sucedía, sin embargo, a Thor le fascinaba su verdadera forma. Lo que provocaba que su ego y vanidad escalaran a picos altos.

Existían, las que eran ocasionadas por una caída, golpe u otro factor externo a ellos, como las vacunas ( aquel líquido extraído de un pequeño frasco y que les era inyectado con una aguja a los bebés midgardianos en el brazo derecho). En Asgard, eran comunes las cicatrices y marcas que las innumerables batallas les quedaban en la piel a los guerreros, él tenía unas cuantas de ése tipo. Podía quitarlas cuando quisiera con ayuda de su magia, pero le gustaba demostrar que era bueno en el combate y que salía victorioso de sus enfrentamientos. Esas también eran alabadas por el rubio cada que las veía.

Pero eran las marcas rojizas que le quedaban grabadas en las muñecas, provocadas por los rayos y pequeñas descargas eléctricas que salían de las manos de su hermano, en cada uno de sus encuentros, las que más le cautivaban.
Por un tiempo creyó que cuando alguien era tocado por un rayo, los rastros de electricidad serían dibujos sin sentido como las suyas, pero sus visitas por Midgard, le enseñaron que las cicatrices eran muy distintas, pues las que los hombres tenían eran ramificaciones. Eran la vida y naturaleza haciéndose presentes. Lo que comprendió después, fue que los humanos recibían un sólo rayo, él recibía uno tras otro, sí se ponía a contar eran más de 100 rayos los que sus muñecas sufrían por las noches, por eso la mayoría de su piel era roja y en la circunferencia se veían las ramificaciones.

En cada ocasión que los sentimientos y la pasión los llenaban a ambos y se desbordaban en cada beso y caricia proporcionada al otro, a Thor le era imposible contenerse, liberando así su poder. Como ahora. Mientras observaba y delineaba las intrínsecas líneas, recordó la primeras veces que eso sucedió antes del principio de sus marcas.

Ambos tenían 19 años. Habían discutido por una tontería, ni siquiera sabía bien el problema por el cual estalló en cólera en aquella ocasión. Thor como siempre, trató de detenerlo y calmarlo pero estaba tan enojado que de su mano derecha apareció un daga, y buscando liberarse de su agarre forcejeó con el más alto intentando clavar la arma blanca en cualquier parte de su cuerpo; Thor por supuesto, no sé dejó acuchillar tan fácilmente, y al no poder detener a su hermano, las cosas se le salieron de control; justo cuando la navaja estaba a centímetros de encajarse en la piel del rubio, éste atrapó su muñeca izquierda, y el enojo y frustración hicieron que los truenos chispearan en sus manos, atravesando las mangas del traje del pelinegro.

Loki jadeó al sentir la descarga, no supo ni cómo llamar a la extraña sensación que le recorrió desde su extremidad a todo el cuerpo. Thor tampoco supo cómo reaccionar, pero lo soltó.
Ambos estupefactos ante lo que pasó, se quedaron viendo sin decir nada. Fue él quien dio media vuelta y se encerró en su cuarto. Al día siguiente, ni uno ni otro comentó lo sucedido, ni siquiera a sus padres. Afortunadamente, esa vez sólo fue la descarga, sin que nada se quedara en su piel.

La segunda vez, fue pasados dos años, cuando habían salido por la mañana a dar un paseo cabalgando por los inmensos bosques del reino, y tras bajarse de los corceles, se le ocurrió hacerle una travesura a su hermano.

Marcas (Thorki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora