502 39 130
                                    


Capítulo 8: Ninguno de ustedes me conoce.

________ Venegas

-Sí bueno, eso no se va a poder-. Baje de sus piernas y me senté en la cama.

-¿Es enserio?, ya van dos veces que me dejas asi.

-¿Y que quieres que haga?-. Pregunté incrédula. "Tienes que seducirlo" "No te enamores". La voz de Juca, Saak y Bully sonaban en mi cabeza.

-Te sugiero que acabes lo que iniciaste-. Comenzó a caminar hacia mi y me tomó por las muñecas. Me zafe de su agarre y me miro sorprendido. No era ni la primera ni la última vez que un hombre me tomaba asi.

-Si lo quieres, te lo ganas.

-¿Qué?-. Preguntó confundido.

-No me acostaré contigo solo porque quieres tener sexo o porque tuviste un mal día, ese no es mi problema. Ni siquiera quiero estar aquí.

-Tú eres la que me ha estado provocando, quizá Becky tenga razón.

-No me importa lo que Becky piense, no quiero estar cerca de ti ¿lo entiendes?-. Hablé desafiante, por favor mándame al sótano, por favor, hazlo.

-Aquí el que manda soy yo ¿estamos?, ahora mueve tu culo y vete a la cama. Tienes prohibido salir de la habitación.

Bufe molesta y camine a la cama, me senté en la orilla y mi ojos comenzaron a picar, quería llorar. Pero ya había llorado mucho los últimos días.

-Martha te traera la comida. Si sales de aquí ________ te mandaré a un lugar más feo que el sótano-. El salió de la habitación y yo grité enojada, quería ir al sótano no a otro lugar asi que me acosté en la cama y miré el techo, repasando el plan una y otra vez. No podía llevarlo aún pero tampoco quería acostarme con Mario ahora.

Después de unos minutos la puerta de la habitación se abrió dejandome ver a Martha. Ella dejó la bandeja de comida en el buró y caminó hacia mi.

-Niña, ¿Qué tiene?-. Me preguntó, tenía mis mejillas húmedas y según yo no iba a llorar.

-Me quiero ir de aquí Martha, me quiero ir con mi familia-. No hablaba específicamente de mis padres. Si no de Saak, Bully, Juanpa, Sebas y Juca.

-Si usted coopera pronto se irá de aquí-. Me ánimo pero eso no me ayudó mucho.

-Gracias por los ánimos pero ahora quiero estar sola-. Ella asintió y salió de la habitación. Miré la bandeja con comida, había hecho tacos, la salsa se encontraba en un recipiente y el chile que había hecho en otro, la verdura se encontraba en otro recipiente y la bebida en un vaso. No tenía hambre asi que no comí. Miré el cielo por la ventana, estaba oscuro ya, no sabía que hora era así que me acosté en la cama tapándome con la sábana.

Escuche como la puerta se abrió, seguí con la mirada a Mario hasta que cerró la puerta. Vio la bandeja llena de comida y bufo.

-¿Por que no comiste?-. Preguntó enfadado, me escogí de hombros, lo que lo hizo enojar más.

-Cuando alguien no come es porque no tiene hambre-. Hablé obvia, me levanté de la cama para ir al baño pero el me detuvo tomándome del brazo.

PROHIBIDOS | Mario BautistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora