uno.

6.3K 596 41
                                    

existen tantas cosas que le encantan a jungkook.

cosas como leer poemas y cuentos de Rubén Darío durante los días de lluvia, tomar helado de menta granizada en un día de invierno a pesar de tener sensibilidad en la mayoría de sus dientes, tomar un latte caliente mientras estudia para su clase de historia universal, ir a beber con su mejor amigo Namjoon los días viernes, oír música clásica mientras plasma ideas en un lienzo, componer canciones cuando se encuentra con su hyung favorito y ejecutar el piano sentado al lado de éste mientras oye su dulce voz.

sin embargo, hay algo que le encanta mucho más que todo lo anterior. podría clasificarlo como su cosa favorita si tuviera una lista de estas cosas.

ese algo son unos labios, algunos podrían decir que es una completa locura, mas Jungkook diría que esas personas jamás habían visto esos pequeños labios de min yoongi, a quién llama "mi adorable hyung con sonrisa de gato".

desde la primera vez que se cruzaron en la universidad y se saludaron de una forma muy formal, con una inclinación casi de noventa grados por parte del menor que causó la risa del desconocido sunbae de ese tiempo y subió la mirada por instante para mirarlo y descubrió la primera maravilla de su corta vida. con los cabellos de un color menta, la piel nívea, los ojos pequeños pintados con delineador, el tono rosa de sus labios y la enorme sonrisa plasmada en su rostro, desde ese momento jungkook adora mirar los labios de yoongi.

adora mirarlos cuando habla de una manera rápida y pone una especie de boca de pato, cuando hace pucheros adorables si está aburrido o cuando no consigue componer algo en el piano. cuando se pone bálsamos de un color rosa resaltando el tono natural de sus belfos, cuando sonríe y se ensanchan para hacer descubrir sus pequeños dientes que le hacen parecer a un gatito o cuando le da suaves besos en la frente los días en que se queda a dormir en su casa.

hace un tiempo atrás, un deseo extraño de probar el sabor de esos labios invadió su ser. contando los días en los que yoongi se pintaba los labios y cuando estaban resecos, observando con miradas de añoranza y obviedad. en varias ocasiones se ha quedado embelesado con los labios de un tono rosa al momento de estar juntos y gastar el tiempo. ha visto mejillas sonrosadas en ese proceso.

las tardes de cafés se le hacen tortuosas al ver esos pequeños labios posarse sobre el borde de los vasos de plástico o de alguna pajilla, imaginando por unos instantes el sabor dulce a café que estos podrían tener, de esa manera gastaba su tarde, fantaseando por horas, perdiéndose en su mente intentando sentir en su boca los posibles sabores que tendrían los labios de su hyung. preguntándose si en realidad tendrían sabor a café o se entremezclaría con el sabor frutal del bálsamo labial que acostumbra a usar.

la mayoría de las veces yoongi le descubre en sus momentos de admiración, tampoco disimula en demasía las miradas fijas (como ahora). la voz suave en una leve risa inunda su pecho cuando le da miradas de reproche y lame sus labios por unos instantes.

¿acaso quedó un poco de helado de fresa en mis labios?

jungkook niega levemente y le sonríe. —no hyung, no tiene nada en ellos. sus labios son más que perfectos y por más que haya rastros de cualquier cosa por sus alrededores seguirán siendo perfectos.

el mayor solo rueda los ojos y susurra que es un maldito empalagoso con la intención de ocultar el color carmín de sus mejillas, golpeando la cabeza del menor suavemente.

al momento de llegar el atardecer, ambos se enfrascan en una conversación bastante banal de vuelta a sus hogares, deseándole una buena noche y quedando en que al día siguiente saldrán de nuevo, porque es así, desde que se hicieron cercanos lo es, pegados uno al otro, llamándose por las noches para preguntar si llegaron bien a destino, si comieron alguna cosa, diciendo pequeños te quieros ocultos bajo una voz temblorosa y alegre junto con besos al aire y sonidos de risas angelicales.

jungkook no está seguro de todo lo que ocurre dentro de su ser, la sensación de querer besar los labios de yoongi y probar el sabor de estos no se va y cree que no se irá de una manera fácil.

una noche de viernes, al momento de compartir una copa de vino añejo con namjoon le cuenta acerca de sus sentimientos extraños. el mayor le sonríe y le palmea el hombro.

¿nunca te has planteado la posiblidad de que yoongi te guste más que como un amigo?

el menor queda pasmado, sintiéndose de una manera un poco más extraño de lo que ya se siente, hormigas invaden su estómago y la sonrisa angelical de yoongi se posa en sus recuerdos. asumiendo el veredicto final de sus emociones, intentando resolver el rompecabezas que hace tiempo viene armando, con las piezas correctas, los latidos profundos, las sonrisas coquetas y las tardes tomándose las manos. sonríe mirando hacia namjoon, le devuelve la sonrisa para luego terminar de una vez con la bebida de la copa.

te gusta yoongi —afirma namjoon.

a jungkook no le queda más que asentir, ensanchar más su sonrisa, pedir otra botella de vino, mandarle un mensaje a yoongi de buenas noches adjunto con una foto de él y pedirle que salgan al día siguiente a almorzar juntos, y encontrar la salida en su gran laberinto.

el sabor de tus labios; jjk + mygDonde viven las historias. Descúbrelo ahora