dos.

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un cielo grisáceo se posa sobre ellos cuando llegan al restaurante, yoongi va vestido de una forma tan adorable con una polera amarilla que le cubre las manos, un jean desgastado y unas zapatillas negras, viéndose mucho más joven que sus actuales veinticuatro años. siente que su corazón saldrá de su pecho cuando se sientan en una mesa vacía, se miran a los ojos y jungkook sonríe.

te ves demasiado adorable hoy, hyung.

yoongi suelta una risa nerviosa y se toca el cuello con suavidad, suspirando y mirando a su alrededor un par de veces.

y tú estás más empalagoso de lo normal, ggukie.

el color carmín se apodera de las orejas y mejillas de ambos. el mesero con el menú llega justo a tiempo antes de que jungkook suelte más cursilerías y se confiese. las miradas y las sonrisas no desaparecen durante todo el almuerzo. yoongi le cuenta acerca de sus nuevos proyectos y de la nueva canción que quiere realizar con la participación de él, jungkook no puede decir que no, jamás le ha podido decir que no, sumando que le emociona de gran manera oír la voz de su hyung con la suya. yoongi le agradece con un pequeño beso volador y el otro no puede evitar sentirse aniquilado, sintiéndose culpable de que esas ganas de tocar esos apetecibles labios con los suyos y volverlos de un rosa mas fuerte. se queda allí mirando a su hyung comer, pensando en que sus labios ahora mismo tendrían sabor a pescado y lentejas.

el postre llega después de varias discusiones tontas que llegan a la conclusión de pedir solamente helado y un mesero sonriendo con falsedad y cansancio, de fresa para yoongi y de menta granizada para él. un silencio les invade mientras comen el helado, jungkook mira de forma tierna la manera en la que su hyung mastica el helado antes de tragar, le oye murmurar una maldición acerca de lo frío que está su helado y el menor ríe.

¿te estás riendo de mí pequeño tonto?

jungkook ríe más. —no, para nada.

yoongi toma una porción más del helado antes de hablar —te conozco, sé que te ríes de mí, siempre lo haces —extiende su brazo y coloca la cuchara frente a los labios contrarios, jungkook abre la boca y acepta con gusto el helado de fresa.

yoongi lo mira por unos instantes reteniendo el aire y la imagen de jungkook metiendo la cucharada de helado en su boca, un cosquilleo se posa en su bajo vientre, sus mejillas se calientan y sus labios se mueven diciendo palabras admirables.

—te quiero jungkook.

el nombrado sube la mirada, lo mira con curiosidad, con las hormigas en su vientre. yoongi nunca le ha dicho en persona que lo quiere, no sabe cómo sentirse al respecto, en lo profundo está demasiado feliz pero por otra parte siente miedo, miedo de lo que ocurrirá en un futuro sí le da una respuesta a yoongi a pesar de que la noche anterior se la paso planificando todo para este día.

no es un tonto para no darse cuenta de que el te quiero del mayor es más que una confesión, las palabras le salieron fluidas, sus mejillas están rojas. es la misma confesión que él tenía previsto hacer.

de nuevo se quedan allí, mirándose, jungkook con las ganas de seguir con todo para adelante y yoongi deseando no haber dicho esas palabras.

oh, yoongi, perdóname por hacer esto.

a yoongi no le da el tiempo suficiente para fruncir el ceño cuando unos labios se posan sobre los suyos y unas manos le acarician las mejillas, su corazón late desbocado, suelta la cuchara del helado para tomar también las mejillas foráneas y entreabrir los labios para que estos se muevan a un ritmo lento y un poco descoordinado, ambos robándose el aire, asaltando los labios de cierta manera castos, saboreando el sabor dulce del postre y los naturales de sus labios que encajan perfectamente, susurrando palabras mentales cargadas de enorme afecto. jungkook se aleja luego de un minuto, con suavidad y se pregunta cómo ha podido perderse en la vida sin tener los labios de su hyung a su disposición.

cuando ambos pueden volver a respirar con un poco de normalidad, se miran a los ojos, yoongi tiene la cara encendida con un atisbo de sorpresa cruzando su rostro, sin embargo una sonrisa se posa en sus labios de un rosa mas fuerte, justo como jungkook quería verlos.

tus labios tienen sabor a fresas, ¿es por el bálsamo o por el helado?

—es porque tú al fin me has besado.

de un tirón, yoongi vuelve a unir sus labios en un beso con más adrenalina, olvidando de qué están en un lugar público y que los murmullos se oyen bastante fuertes, al igual que las gotas de lluvia chocando contra el techo del restaurante, al igual que los latidos de sus corazones, sintiéndose conformes con sus sentimientos y alegrandose de la credibilidad de estos.

yo también te quiero hyung, por favor quédate a mi lado por mucho tiempo más.

—me quedaré todo el tiempo que desees, jungkook.

con suaves caricias y dulces sonrisas, se levantan de la mesa luego de pagar la cuenta, con las miradas puestas sobre ellos, entrelazan sus manos y se dirigen al hogar del mayor con la promesa de juntar sus voces en esa canción al igual que unir sus labios en muchos besos más hasta descubrir todos los sabores posibles que puedan conservar estos hasta que el universo los convierta en polvo estelar.

el sabor de tus labios; jjk + mygDonde viven las historias. Descúbrelo ahora