Prólogo

168 7 4
                                    

—Um...una palabra de siete letras—murmuro mientras hago girar el lápiz.

Accidentalmente, este se resbala de mis dedos, cayendo sobre suelo de la comisaría. Me agacho en un intento de cogerlo, cuando escucho una voz que me resulta bastante familiar.

—¿Ya estás otra vez con esos crucigramas tan absurdos?—pregunta Ian—como se nota que no has cambiado nada desde la última vez que te vi.

—¡¿Ian?!…¿Qué haces tú por aquí?—me sorprendo.

—¿Tú qué crees?—pregunta Ian.

—Como no se hayan cansado de tus chistes en Armonía, ni idea.

Dejo escapar una pequeña carcajada y seguidamente le doy un gran abrazo.

—No, ahora enserio, ¿qué te ha traído por Penumbra?—pregunto.

Se queda callado unos segundos.

—Es difícil de explicar—responde.

—¡¿Cómo!?—exclamo.

Ian es uno de mis mejores amigos, a decir verdad, es mi mejor amigo, aunque nunca se lo haya dicho. No me defino como una persona cariñosa, aun así, para mi es una especie de hermano mayor, cuyo único objetivo es mantenerme a salvo, aunque eso me produzca una gran indignación.

—¡¿Qué quieres decir con eso!?—exclamo.

—Lo siento, pero…—se detiene unos instantes y posteriormente continua—tengo órdenes de no contarte nada al respecto.

¿Órdenes…es que acaso ha sido el capitán, él que ha llamado a Ian para que viniera?…¿Qué me están ocultando?…

Noto como mi puño y mis dientes se aprietan por la rabia, cuando inesperadamente, el capitán entra en la habitación en la que nos encontramos Ian y yo.

—¡Capitán!—exclamo.

—Si vas a quejarte de por qué Ian está aquí, ya sabes donde están las hojas de quejas.

—Capitán, déjese de bromas—replico.

—Sé, que no te gusta que te guarden secretos Alan, pero es un situación un tanto complicada.

—Es que acaso, ¿tiene que ver conmigo?—pregunto atormentado.

—Alan, cálmate…—deja escapar un suspiro y mira a Ian—Ian, cuéntale por qué te he llamado.

Ian me mira. Desvío la mirada de sus ojos y me fijo en su puño, esta apretado fuertemente y posteriormente me percato de como se muerde el labio. Está atemorizado…

—Un nuevo caso—dice Ian.

—Un…nuevo…caso—repito, fijando mi mirada furiosa en los ojos del capitán.

—¡Alan!, este caso…es diferente—dice el capitán.

—¡¿Cómo que diferen...—Ian se interpone.

—¡Alan, deja de interesarte tanto por este caso!—exclama Ian.

—¡¿Por qué?!—pregunto.

—Por qué de lo contrario…—se detiene.

—¿De lo contrario qué…?

—De lo contrario…este caso, acabará destruyéndote.

¿Que me está intentando decir?…¡Aggg!… Por mucho que intento pensar, no consigo entender que conexión puedo tener con el caso…o es que acaso, ¿alguien cercano a mí está involucrado?

—Ian, ya no hay vuelta atrás…cuéntaselo—dice el Capitán. 

—Está bien—me mira, mira al capitán y concluye—Alan, tu hermano, es sospechoso por el homicidio de Leah Montoro y Ruth Roldán.

Sombras FamiliaresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora