capitulo 1

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Un sonido me despierta de repente; miro y es mi puto celular, juro que algún día lo tiraré contra la pared.
Miro a mi alrededor y caigo en cuenta, ¡Esta no es mi habitación! ¡Iugh! Está lleno de humedad y lleno de papeles está habitación, ¡¿Como pude dormir siquiera aquí?!
De repente escucho un quejido grave (mejor dicho un gruñido) y miro a mi costado. Un hombre desnudo yacía a mi lado... ¿Cuándo me metí con el? Que yo recuerde al terminar de la cafetería fui a la fiesta de Jessica... Mierda...
Me levanté y me vestí lo más rápido posible para salir pirando de este lugar.
—Irina, vuelve aquí, nena... —exhala entonces el viejo borracho, haciendo que de un salto del susto.
Ignore sus palabras y salí corriendo tanto y como me lo permitían estás plataformas que llevaba. Mientras escuchaba como ese borracho peleaba para mantenerse en pie, tirando muchas cosas en el proceso.
Llamé un Uber, dicen que no es confiable, puede llevarme hasta un violador a mi casa, pero es barato, y no ando en condiciones para pagar 40 dólares para que un viejo verde ande recorriendo mis piernas con la mirada.
Al cabo de unos minutos, un auto estaciono frente a mi.
—¿Usted es Madeleine? —preguntó entonces un chico con la voz calmada. Parece majo.
—Si, soy yo —di una de mis mejores sonrisas. ¿Qué? ¿Pensaban que iba a dar mi nombre de verdad? ¡Ja! No soy tan estúpida.
—Suba, yo soy su Uber —me devolvió la sonrisa, ¡Que encantador!, Me percaté de que tiene unos labios gruesos y carnosos. Admito que es guapo.
Me subí al coche del lado del acompañante y el arrancó camino hacia mi casa. La música era algo sosa y el trayecto muy largo. Me di cuenta de que estaba en una zona no muy linda, menos mal que no se me cruzo la idea de caminar. Decidí sacar algo de conversación, me estaba matando el aburrimiento.
—¿Qué hacía alguien como tú en un lugar como ese? —Vaya, se me adelantó y con una pregunta bastante compleja, ¿Qué hacía yo ahí?
—Anoche Fui a una fiesta y... De alguna manera termine en la casa de alguien más. Y tú... ¿Cuál es tu nombre? —me apresuré a cambiar de tema, me da algo de vergüenza hablar de eso.
—Era un lugar demasiado peligroso, te pudo haber pasado algo si no llegaba temprano, conóceme como "Morris"
—Hostia, ¡Qué apodo más cuqui! Yo soy...
—Madeleine, lo se. —me interrumpió, ¿Cómo se atreve? Hasta me lo dice con una sonrisa burlona, ¿Que sabe este tío?
Me eché a reír mientras el me miraba de reojo, tratando de entender por qué reía.
¿Soy gillipollas? Si, si lo soy.
—Ese no es mi nombre, conóceme como "Iris" —Sonreí.
Me he ganado ese apodo, deriva de "Arcoiris". Jessica me dice así desde que nos conocemos por el simple hecho de que tenía el pelo color rojo, rosa y violeta, combinando un vestido verde petróleo. Dice que tengo todos los colores del arcoiris, violeta, azul, verde, rosa y rojo, aunque me faltaba el naranja.
Al cabo de unos minutos en un silencio para nada incómodo, nuestro viaje concluye y le pago.
Cuando entro a mi departamento, me quedo viendo todo.
«Que puto asco, tío»
Todo está hecho un chiquero, cerveza por doquier, creo que siento a vómito. Estas son las consecuencias de prestarle mi casa a Mike. Debería limpiar, en unos días debo entregar las llaves.
Puse algo de música y comencé a limpiar. A decir verdad, se siente bien, ¡Hasta encontré el disco de Gorillaz que había perdido!

Al terminar de limpiar, me encontraba satisfecha, nunca había limpiado tan bien algo, no luego de hace 3 años. Sonreí orgullosa de mi misma y me ruge la tripa.
«12:38»

Tras unos minutos de meditación, decidí ir a una cafetería, no andaba de humor para cocinar siquiera, había estado toda la mañana limpiando.
Cuando entro a ese viejo lugar, recibo la amable atención de Mike, mi "mejor amigo", aunque se pasa de gillipollas.
—¡Hostia, pero si es la señora abandonadora! ¿Dónde te has metido anoche? —mire alrededor, amo el concepto de los '90 en esta cafetería, las mesas junto a las vitrinas son iluminadas y sus asientos son cómodos, al igual que los bancos que están frente la barra para los que vienen solos.
Me senté en uno de esos bancos altos, frente al chico de pelo negro. Siempre le digo que le quedaría bien unos mechones verdes oscuros.
—Buenos días, Mike. —respondí irónicamente, señalándome un café junto con unos waffles de la carta. —Gracias.
—No hay de que. ¿Ya tienes fecha para ir a la Universidad esa que tanta fama le has dado? —Preguntó dándose vuelta para preparar el café y hacer unos waffles.
Esa pregunta me tomo por sorpresa, quizás porque me encontraba embobada por el piso blanco y negro, o porque Mike nunca me soltó ese tema.
—Hoy empaco todo. —Me dio el café y le agradecí, segundos después me dio los waffles.
—A si que... Una beca, ¿Eh? En la universidad de Nueva York es casi imposible.
—Ya te he dicho millones de veces que tengo cerebro, pero no lo uso, no quiero que se gaste. —Odio que me tomen de estúpida, los podría dejar en ridículo si tuviera ganas. Pero eso no viene al caso en estos momentos.
Me metí un trozo del waffle en la boca y lo saboreé, ¡los waffles de aquí son los mejores!
—Flipo tío. ¿Y esas pintas? Pareciera como si dos coches te hubiesen atropellado. —¡¿Ah?! ¡¿Me distraje un segundo con el tocadiscos y este ya me anda molestando?! Ni de coña. ¡Es que ni siquiera estoy tan mal! Puede que tenga un poco de ojeras, pero estoy tan buena como siempre.
—Que te den por culo, Mike. —le sonreí de la manera más falsa posible, le pagué y salí de esa tienda. Quizás sí camino un poco se me pase la migraña, o quizás no.

Siempre recordaré este pequeño condado de Massachusetts, llamado Suffolk. Desde el primer día que llegue aquí, me he quedado enamorada de su clima, de su puerto, de la vista al océano, de Suffolk en su totalidad. Creo que iré al departamento, aveces me pongo muy sentimental y temo por echarme a llorar en mitad de la acera.

Definitivamente va a ser difícil separarme de todo para volver a la monotoma vida de un neoyorquino. A mí no me va eso de dormir tarde, despertarse super temprano, vivir a base de café machiato, respirar aire lleno de smog y esas cosas. Queda claro que, aunque haya nacido en Londres, jamás me gustará vivir rodeada de coches y personas con mal olor. De solo pensarlo me entran arcadas, ¡diuh!
Lo que creo más difícil, es tener que volver a adaptarme, quiero decir, voy a volver al mundo que creía encajar pero terminó siendo lo contrario. Volveré a un lugar donde siguen existiendo fragmentos de mi vida pasada, recordaré todo lo que he pasado en ese lugar. En ese horrible, espantoso y asqueroso salón. O quizás ni siquiera me toque en ese salón... Bueno, hay un 50% de que si y otro 50% de que no. En fin. Quizás no deba ser tan pesimista, a lo mejor tendré amigos.

De pasada, entre a una tienda de cosméticos y compre una tintura al azar, quizás me tiña de color verde fosforito y me quiera matar, pero, ¿Que más da?
Comencé a ir rumbo a mi casa, me coloqué unos audífonos y comencé a escuchar "Alan Walker". Juro que iré a un concierto en algún momento de mi vida.
La música se para y suena mi móvil, veo quién es.
  «¿Mama?»
Ja! ¡una mierda! Luego de echarme así, ¿cree que le atenderé? Ya la he superado, no quiero hablarle nunca más. Mis dedos tantean sobre la pantalla y decido bloquearla. Justo cuando pulso su foto, mi celular deja de andar, apagándose por falta de batería.
¡Puto universo y sus indirectas!
Llegaré a casa y la bloquearé cuando esté cargado, ¡lo prometo!
A veces pienso en como está en este momento mi hermanita, creo que ha cumplido... ¿4 años? Solo estuve en la mitad de su primer año, seguro que no me reconocería si me plantara ahí algún día. Dudo que se acerque a mi, sus padres le habrán llenado la cabecita de que era mala, de que las personas como yo te dañaban; tal y como hicieron conmigo. Esa "enseñanza" solo alimentaba más mi curiosidad, y aquí estoy, en Massachusetts, con un título invisible, con los recursos más escasos de la historia.

Llego al departamento cuando cae el atardecer, me he entretenido jugando con un cachorro callejero, me dan tanta lastima, ¿Cómo los pueden abandonar? Lastima que me tenga que ir a la otra punta de Estados Unidos... Pero... Puede que...

Bien hecho, he regresado a por el cachorro y aquí se encuentra; comiendo en mi cocina, es muy lindo.

Es de noche, creo que cocinare algo, caminar me ha abierto el apetito... ¿Hay algo para comer siquiera?

Veo la nevera y solo hay unos huevos, queso y muy poco jamón. Un omelette muy pobre sacaré de eso, pero es mejor que nada.

Al cocinar, he pensado nombres para el cachorro. ¿Cómo le podría poner? He pensado en Tyler. O en cocoa, es que es marrón claro con manchas más claras ¡que tierno! Mejor lo pienso en el viaje ¿que más da?

Le prepare una cama super improvisada, lo acosté y me he ido a dormir, mañana me espera un largo día, ojalá la mudanza no sea tan densa. Ojalá esa puta universidad no me desvíe aún más de mi vida.

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⏰ Última actualización: Jan 08, 2021 ⏰

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