Canto a la luna.

Se siente gris, helado. 

Mis ojos perdieron su toque. 

No pueden ver lo mismo que podían ver

Cuando la luna estaba arriba, 

Mirándome, preocupándose, 

guiándome a lo que más quería.

Antes del eclipse lunar,

Miraba colores, no solo el gris.

Por un momento tenía sentido:

El sol era una distracción

de todo lo que nos perdemos,

la noche nos decía tanto,

pero como nos íbamos a dormir,

perdimos todos sus mensajes.

Yo salí una vez de mi cuarto al balcón

cuando debería haber estado durmiendo,

yo tenía curiosidad, quería ver el mundo oscuro,

y ahí la vi, la luminosa luz,

que provenía de la blanca luna.

Pude ver todos los secretos,

que el día nos ocultaba diariamente.

Todo lo que vi, me alegro.

Vi un significado distinto,

a todo lo que el día me enseño:

Vi la felicidad, la emoción

y el verdadero significado de amor.

Fui feliz, vi más colores,

de los que jamás podría haber visto

en la presencia del acosador sol.

Pero el día, tan repetitivo,

seguía siendo el mismo:

Cruel, impetuoso, indiferente.

Me torturaba diariamente, 

con el fin de volver a ser su esclavo

y no hacer nada más que trabajar,

para su beneficio y mi paga,

pero no para mi felicidad.

Por mucho tiempo, 

mis días se volvieron un camino a la noche,

completar la ruta era un premio más que suficiente.

La lucha era dura, pero siempre lo conseguía

solo para poder ver una vez más los colores,

que con tanto cariño me mostraba.

Pero el día, celoso,

se percato de mi felicidad,

y mando a eclipsar la luna.

evitando, así, que no me pueda iluminar.

Todo volvió a ser como antes,

gris, laboral, amenazante,

sangriento y oscuro.

El sol siempre ilumina promesas

de éxito pero no de felicidad

La luna, no ilumina el éxito,

 mas ilumina la felicidad.

Ahora lo único que quiero,

es volver a ver la felicidad

y volver a sacar una esa sonrisa,

que la luna me logró colocar en mi cara.

La extraño demasiado,

no saben cuanto,

la esperare,

todo lo que sea necesario...

Sobreviviré.