Encuentros Secretos (Suspendida)

Capítulo 3.

Me despierto en una habitación que jamás había estado. Dormí muy bien a la noche, me sentí protegida pero ahora no sé donde estoy. Esto me está preocupando. Recuerdo que ayer a la noche estuve hablando con Stefan en una habitación y... ¡ay! Me dijo que le importo. Después no tuve tiempo de responderle porque me quedé dormida. Ahora pienso que puedo estar en su casa, porque ésta no es la casa de Emily, y es una habitación de hombre. La observo bien y es obvio, ¿cómo no me di cuenta antes? Tiene trofeos y su camiseta colgada. Obviamente estoy en la habitación de Stefan. Esperen, ¡ESTOY EN LA HABITACIÓN DE STEFAN!

Lo veo entrar SIN CAMISA a la habitación, con una bandeja de desayuno en sus manos. En ella hay jugo de naranja y omelet con bacon.

Me encanta eso. Pareciera que sabe mis gustos.

Se acerca y me deja la bandeja, me dice buen día y me da un beso en la mejilla. Es tan lindo y tierno. Me ruborizó.

-Buen día -digo un poco confundida pero feliz. Me sonríe. ¿Qué hora es?

-Son las 10 am. ¿Estás mejor?¿Cómo te sientes? -me pregunta preocupado.

-Sí, me siento bien.

-Bueno me alegro mucho, ahora te dejo tranquila para que desayunes.

-No, Stefan, quedate, por favor.

-¿Segura?

- Sí, quiero que te quedes conmigo, y también me cuentes cómo llegué hasta aquí. -le digo riéndome.

-Como quieras -agrega con una sonrisa.

Se sienta al lado mío, mientras empezamos a comer. Pasamos el tiempo entre charlas, juegos y bromas. Nada importante. Me cuenta sobre cómo aparecí en su casa. Es tan lindo. El ambiente queda en silencio un momento. Me mira a los ojos y sonríe.

-¿Qué pasa?

-Tienes crema aquí -me dice apuntándome a la cara.

-¿Dónde? -pregunto intentando quitar la mancha pero es en vano.

Acerca su mano a la comisura de mis labios y con la yema de sus dedos quita la crema. Me recorre por todo el cuerpo un escalofrío. Hay cierta electricidad en el ambiente. La retira y nuestras miradas se encuentran, pero yo la aparto al instante. Él me levanta el rostro con sus dedos y me susurra al oído

-Eres hermosa.

Se aproxima a mis labios y ¡oh no!, sé lo que va a pasar, esto no puede ser, pero me dejo llevar por el momento. Deposita un lento y tierno beso, que se va tornando más apasionado. Pone una mano en mi mejilla, y la otra va recorriendo mi cuerpo hasta mi cintura. Entrelazo mis dedos con su pelo alrededor de su nuca. Deja besos húmedos a lo largo de mi cuello y me estremezco. De pronto se escucha un ruido que proviene de las escaleras. Me separo bruscamente y Stefan me mira.

-Esto está mal, no puede ser. -digo recogiendo mis cosas rápidamente.

-No, espera, Kate, ¿qué pasa?

-Me voy, gracias Stefan.

-Te llevo, por lo menos dejame llevarte a tu casa.

-No, me voy caminando, está bien.

-Vamos Kate, no sabes ni donde estás. Dudo que sepas llegar a tu casa.

Lo pensé un momento.

-Tienes razón, está bien. Pero no me dejas en la puerta, porque yo supuestamente estoy en lo de Emily. Dejame cerca y llego caminando.

Él suspira pesadamente y accede.

Vamos en su camioneta. Es una vieja, la verdad no tengo idea cuál. Estamos viajando en un ambiente muy tenso, incómodo. Rompo el silencio.