Siendo este el verdadero comienzo, Lucas se encontraba en la plaza principal de su aldea como todos los días, el era un chico parcialmente normal, más era el primogénito de su familia y el futuro líder de su aldea, esta era conformada por druidas y clérigos del bosque, que se refugiaban bajo un campo de distorsión de realidad, más nuestro protagonista no poseía un poder mágico favorable para que lo vieran como su gobernante; volviendo al tema, pasaron unos cuantos minutos hasta que llegó una de muchas personas que creía lo anterior, su nombre era David, y era conocido por toda la aldea como el más talentoso mago del lugar, ya que a sus cortos 16 años podía efectuar magia de 5to a 6to nivel, la cual se aprendía después de los 25 años y eso con suerte; este llegó junto con todo su séquito y parándose frente a Lucas dijo: David: Que haces tu en mi plaza?
Lucas: Esta no es ni tu plaza ni de nadie más que de mi padre Edward
David: Todos saben que eres un gran fracaso
Eres el hijo del mejor jefe que ha tenido esta aldea y no puedes hacer un hechizo mayor a los de segundo nivel; además eres el único adolescente aquí que no ha matado siquiera a un archidemonio, aunque mejor me voy ahora o tu fracaso se me contagiara
Dijo en tono burlón y se alejó con una cara de superioridad.
Lucas/: Ya mañana es mi iniciación, y después de eso, todos me darán el respeto que merezco como su futuro líder
Pensó y también se alejó de aquella plaza.
Ya pasaban de las 7:30 de la tarde, Lucas corría apresurado para llegar a su casa a cenar, mas cuando abrió la puerta toda su familia lo esperaba en la mesa del comedor y su papá más que nadie se veía disgustado.
Edward: Donde has estado todo este tiempo?, tu plato de arroz feérico con hongos solares ya está frío y perdió las propiedades mágicas que necesitas para mañana
Lucas: lo siento padr- digo jefe
corrigió rápidamente
estaba practicando mis hechizos, ya domino aliento infernal y descomposición, pero me esta costando un poco bendición sagrada y entierro de hielo, quisiera repasar un poco contigo para estar seguro y no avergonzarte mañana
Edward: Ese es el espíritu!
dijo el jefe entusiasmado por este suceso
vamos, toma un poco de raiz de dragon, un puñado de sal de golem y un tarro de rocío de loto y te veo en el patio trasero
y se levantó de la mesa dirigiéndose a la parte de atrás de la casa, la cual resultaba ser un arco de roca por fuera, nada más, pero si se pronunciaba algún cántico en especial te podía llevar a alguna habitación específica, pero ya estando dentro se podía recorrer todo el lugar a pie, volviendo de nuevo a tema, Lucas tomó los ingredientes de una repisa en la alacena de la cocina y se dirigió a donde se encontraba su padre;
tras una hora de recitar cánticos, lanzar todo tipo de esferas elementales, recibir piquetes, rasguños y mordidas de muchas criaturas que en nuestro plano existencial no son posibles de encontrar, y recibir una que otra quemadura de ácido de aquel golem que no le hacia caso a Lucas por más que se hiciera todo lo posible, Edward mando a Lucas a asearse e irse a l a cámara de sueño, donde las heridas son curadas y se puede tener un plácido lapso de descanso sin interrupciones hasta la hora para la que se programe el hechizo de extracción de sueño con un reloj de arena.
Más esa noche ocurrió algo en el sueño de nuestro Héroe, algo así como una visión o predicción de algunas clase donde solo se podían identificar dos cosas, una gigantesca bestia de un aspecto parecido al de los demonios y un artefacto extraño que este portaba dentro de su núcleo vital (algo así como su corazón, mas esto es fácil de confundir por novatos, ya que un demonio promedio tiene alrededor de 7 corazones, por lo cual decapitarlo, mandarlo de regreso de donde vino o destruir dicho núcleo son las opciones más viables para destruir a esta clase de bestias) volviendo al tema otra vez Lucas despertó algo confundido pero igualmente emocionado, ya que hoy era su ya bastante esperada por todos, iniciación.
Ya era de mañana y el sol apenas empezaba a asomarse por el horizonte, iluminando todo a su paso con un rayo de luz color dorado puro, Lucas al salir de su casa se encontró con una de las pocas personas que no lo despreciaban por quien era además de su familia, la niña se llamaba Lizbeth, tenía el cabello de color blanco plateado y bastante largo, este le llegaba hasta la parte superior de las rodillas y su flequillo le cubría la mitad de la cara, a pesar de eso ella decía que veía con bastante claridad; usaba una blusa color turquesa con mangas de color blanco que le llegaban hasta cubrir sus muñecas , una falda corta (al menos hasta donde la decencia lo permite) de color blanco y unas medias largas del mismo tinte, además de unos zapatos de color negro. Por último portaba una clase de pieza de armadura color dorada que cubría la mayor parte de brazo derecho para que el efectuar hechizos a los que no estaba acostumbrada (como colmillo de hielo e implosion como ejemplos) hechizos que por mera casualidad, Lucas es un experto; y un pendiente que portaba un ámbar de la diosa, piedra mágica que potenciaba la magia defensiva y de apoyo, tales como la curación de 3er nivel hacia abajo; volviendo al tema, Lizbeth, al igual que Lucas, iva a hacer su examen ese día, cosa que no es ninguna coincidencia, ya que dichos exámenes deben hacerse en grupos de dos o más personas en las que deben haber como mínimo un curandero (en este caso Lizbeth) y un experto en magia ofensiva (Lucas) razón por la cual aplicarán el examen juntos. "Listo para esto?" Dijo Lizbeth algo preocupada por ambos, "Claro, hagámoslo!" Contestó Lucas y ambos entraron a esa arena en donde por fin al final serían aceptados por todos.
