Capítulo 37: Dejarlos cambiar.

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Es un poco más de medianoche cuando llego a la mansión Choi. Aparco mi moto delante de la puerta de entrada que está tan bien cerrada, dejándome sin idea de cómo voy a ser capaz de atravesarla. Delante de mí se encuentra una enorme mansión cubierta en la oscuridad. Sólo hay una ventana que da una habitación todavía muy iluminada. Reconozco esa ventana; la conozco muy bien.

Me quedo mirando fijamente a la ventana de JongHoon. Entonces dejo escapar un largo suspiro, porque no sé cómo se sentirá en este momento dueño de esa ventana. ¿Está en shock por lo que ha visto o está furioso conmigo por dejar que se enterase de la verdad de la peor manera posible?

"Menudo imbécil..." me maldigo a mí mismo en cuanto golpeo el manillar de la motocicleta, sintiéndome molesto. No debería haber dejado que las cosas acabaran de esta manera. Si tan sólo hubiese tenido el valor de contárselo a JongHoon, probablemente no se sentiría así de mal. Por lo menos, podría haberle explicado que podía contar conmigo, que siempre me iba a tener allí. Y en vez de eso he permitido que lo descubra él sólo y que se vea obligado a huir como si no tuviera a nadie a su lado.

Me quedo mirando la ventana que todavía está iluminada. Me siento contrariado porque quiero desesperadamente entrar y explicarle todo pero al mismo tiempo me da miedo hasta llamar al timbre. Rezo para que JongHoon me vea aquí de pie ansioso, pero no parece tenga ni la más mínima intención de acercarse a la ventana.

El maldito iPhone me pesa una tonelada en el bolsillo de los pantalones, como si me estuviera pidiendo que lo utilizara con el fin de redimirse. Dudo por un momento antes de agarrar el teléfono y hacer la llamada.

"Ya es bastante maravilloso que seamos amigos

A pesar de que sólo podemos estar en la misma zona

A esa persona probablemente no le importará

No se pudo evitar que te enamoraras de esa persona antes

Sigo teniendo que ocultarlo todo

Para que no se me vea en ojos"

JongHoon sigue utilizando el mismo tono de devolución de llamada de antes (aunque ahora ya sé de qué canción se trata, gracias a HeeChul que estaba escuchándola en el salón del club el otro día.) A diferencia de la última vez, la escucho repetirse una y otra vez, varias veces. En este punto, parece poco probable que vaya a responder a la llamada.

Sigo marcando una y otra vez sin rendirme. Sé lo molesto que puede ser tener gente que sigue llamando cuando no estás de humor para hablar, pero, sinceramente, no quiero que JongHoon malinterprete esta situación.

El tono de llamada sigue sonando en mi oído hasta que echo un vistazo al notar una sombra, la del dueño del dormitorio, junto a la ventana. JongHoon está allí mirándome y al instante mi teléfono me avisa de que he recibido un mensaje de texto.

Ftisland - Enfermo de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora