capitulo 3

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El niño no era horrendo, pues, lo que le hizo poner esa cara de espanto a Aleixandre, era que de su boca salían unos colmillos, entre el poco pelo que tenia, unas orejas y también tenia una cola de lobo. El juez por miedo a Dios, acogió al niño y lo llamó Akira.
Lo encerró en el campanario de la iglesia y le destinó el trabajo de hacer las sonar las campanas.
Akira creció fuerte y sano, además él consiguió dominar su forma natural y poder aparentar ser una persona normal. También soñaba con salir al mundo exterior y ver como era, pero su maestro, (Aleixandre) como él lo llamaba, no le dejaba salir de allí y desde el ventanal no se veía gran cosa, solo la misma plaza de siempre.
Aleixandre, se burlaba de él diciendo que el mundo exterior era demasiado peligroso y cruel para una bestia como él.

EL MONSTRUO DE NOTRE DAMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora