CAPITULO 1

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1/Jun/2018 

-Dios, que cansancio ¡ya no lo soporto más!- Me venía quejando mientras bajaba del camión - Cada día los maestros nos ponen más tarea y tengo un sin fin de proyectos por terminar, no se que haré con mi vida, eso de ser la niña lista y responsable ya me está hartando, pero sé que es por mi bien- Suelo pensar en voz alta y me importa en lo más mínimo si alguien me considera loca.

-Hola mamá- Saludo a mi madre depositando un beso en su mejilla mientras corresponde el gesto gustosa. 

- Hola cielo, ¿cómo te fue en la escuela?- Me preguntó con una sonrisa a lo que no pude negarle  una contestación.

-.....- Resté unos segundos en silencio pensando en las palabras apropiadas para contestar su pregunta - No tan bien que digamos - Dije mientras jugaba con mis dedos en un tic nervioso.

- ¿Por qué? ¿ Alguien te molesta? - Su tono de voz sonó preocupado, pero la preocupación pasó a enojo lo cual me asustó.

- N-no mamá, es solo que ya estoy cansada de tanto trabajo, ¡siento que me explotan!- Confesé mientras colocaba el dorso de mi mano en mi frente y me inclinaba un poco hacia atrás imitando la típica pose dramática.

- No seas exagerada- Habló en medio de una risita- Eres muy joven como para andarte quejando de tus deberes escolares, anda, ve a hacer tu tarea - indudablemente todas mis penas se las tomaba con gracia.

En parte lo que dijo si es verdad y no se lo voy a negar, solo que mi madre y yo siempre nos la pasamos haciendo bromas entre nosotras que es poco usual tomar conversaciones serias, aunque sé que ella puede llegar a ser extremadamente seria cuando la situación lo requiere, sin mencionar que es una de las personas más inteligentes que conozco y con un corazón muy generoso. Ella simplemente podría ser catalogada como la mejor mamá del mundo. 

Subí a mi cuarto ubicado en el segundo piso, no es una habitación que tenga tantos lujos que digamos, está pintado de color blanco con una Torre Eiffel dibujada en acrílica negra junto a la cama un tanto alta y justo al lado una mesita de noche en el que coloco aveces objetos a lo random. Solo cuento con lo necesario para poder "sobrevivir". 

- ¡Mamá ¿Dónde está la computadora? La necesito! - Grité desde arriba lo suficientemente alto como para que me escuche.

- ¡La ultima en usarla fue tu hermana, pregúntale a ella!- Me contestó mi madre desde abajo.

Ash, odio pedirle cosas a mi hermana, ella es un poco....especial. Sin mencionar que se mete en lo que no le debe interesar, ella ya es mayor de edad y tiene que enfocarse en su vida, no en la mía. Solía querer controlarnos a mi otra hermana y a mí, al ser la mayor es natural querer ser la jefa, pero eso cambió, cuando yo me "rebelé" y le comencé a contestar cuando se quería  pasar de lista. 

Suspiré resignada caminado hacia la puerta de su cuarto, asimismo tocando la puerta insistentemente porque la canija no habría.

 -¡Kenia, ábreme!- 

-¡¿Qué quieres?!- Me abrió un tanto furiosa con el ceño fruncido y yo por acto reflejo dí un brinco hacia atrás.

-Quiero saber...¿dónde está la compu? ¿la tienes tú?- Pregunté con una sonrisa fingida actuando inocencia.

- Si, la tengo yo, la estoy usando ¿para qué la quieres?- Cuestionó recargándose en el marco de la puerta y arqueando una ceja con los brazos cruzados.

- Tarea- Confirmé con una sonrisa cumplidora- Necesito investigar algo.

-Muy bien, espérame- Acto seguido se adentró a su cuarto y cerró su puerta.

-Ten- Me extendió el objecto con todo y cargador para volver a introducirse a su habitación.

  <<Nunca había llegado tan lejos >>  

Feliz por haber obtenido lo que quería volví a mi recámara e investigué lo que necesitaba, cuando acabé mi tarea abrí una página de juegos, no tener ninguna red social me mataba de aburrición. Mis amigos siempre hablaban de fotos, vídeos y memes en la secundaria , yo era como un bicho raro, la única sin poder comunicarme con mis compañeros después de clases. 

<<¿Me abriré una cuenta de Facebook?>>

-¡Chicas bajen a comer!

La voz de mi mamá interrumpió mis pensamientos, creo que es tiempo de comentarle a mi madre y hermanas lo que quiero hacer.

-Ma-má...- Todas viraron el rostro hacia mí, creo que no fue buena idea...

- ¿Si cielo?- Me dedicó una sonrisa amable, la que me dio suficiente confianza para exponer lo que anhelaba decir.

-Quiero abrir una cuenta de Facebook- Dije con determinación.

Ellas intercambiaron miradas, creo leer confusión y asombro, después, mis 2 hermanas estallaron en una carcajada. No tenía idea de lo que estaba pensando mi madre pues no aparentaba expresión alguna, más sin embargo me relajó observar aquella sonrisa característica de ella.

-¿Estás segura, Karol?

- Sí mamá

- Muy bien. Katerine, Kenia- Esta vez se dirigió a mis hermanas quienes prestaron atención a mi madre- Ayuden a karol, por favor.

Mis hermanas protestaron al principio, sin embargo, mi madre les comentó algo que no escuché muy bien del todo, resignadas no tuvieron más opción que aceptar. Me abrieron mi cuenta y me tomaron una foto para ponerla de perfil, ya después de todo el largo sermón que me dieron referente a los contactos el cuál tiré a la borda, me dispuse a explorar los diferentes servicios que me ofrecía. 

Encontré a muchos de mis amigos de la escuela y no dudé en enviarles solicitud. Al poco rato me llegó una notificación la cual mencionaba  "tu solicitud fue aceptada". Me emocioné en demasía y comencé a enviar solicitudes al azar, perdí la noción del tiempo y el dígito de amigos estaba por los cielos ¡no podía creerlo! ¡Muchas personas querían ser mis amigos! No me percaté de que ya había anochecido, recostada en la cama realicé mi oración nocturna y me dejé llevar por los brazos de Morfeo.






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