Housekeeping For The Grey's

5. Tiempo de unión

A la mañana siguiente

Ana se despertó temprano una vez más a la mañana siguiente, y recordó que era domingo el día 23, el día en que se suponía que debía empacar y dejar Aspen para regresar a casa a Boulder. Sin embargo, debido a las circunstancias actuales, se quedaría unos tres días más hasta el 26, donde pasaría su tiempo ayudando a la familia Grey a cocinar, limpiar y quizás incluso a decorar. Aunque probablemente no iba a estar en casa hasta después del día de Navidad, esperaba poder al menos llamar a su papá Ray desde el teléfono de línea fija el día 25 para desearle una Feliz Navidad.

Ana salió de la cama y bajó las escaleras, sin esperar que alguien más se levantara, pero se sorprendió al ver a varias personas de pie en la sala de estar: Eliza, Elliot, Christian y Sean estaban vestidos con vaqueros, botas y camiseta de manga larga. Estaban empacando varias mochilas con botellas de agua, bocadillos y mantas extra.

"Hola Ana", Eliza miró y sonrió brillantemente cuando la notó, y los demás también la miraron. "Me alegra que estés aquí, todos estábamos a punto de salir a una caminata por la mañana en un sendero que encontramos a un par de millas. ¿Te gustaría unirte a nosotros?"

Ana estaba sorprendida y halagada de que la invitaran a su salida, pero no estaba segura de sí era una buena idea debido a su situación actual. "Wow, me encantaría Eliza, pero creo que debería estar aquí para empezar a hacer desayuno una vez que los demás se despierten".

"Oh, por favor, eso no será por otras dos horas, al menos", se burló Elliot, agitándolo. "Y además, ¿qué es lo peor que podría pasar si no regresamos a tiempo para el desayuno? ¿Todos tendrán que comer cereales? ¡El horror!"

Todos rieron, y Ana no pudo evitar sonreír también. "Lo sé, pero tu hermano me está pagando para hacer un trabajo, así que siento que al menos debería hacer un esfuerzo para hacerlo bien".

"Como tu empleador, Ana, te doy permiso para ir de excursión con nosotros esta mañana", dijo Christian con firmeza, aunque le sonrió. "Nos encantaría que vinieras con nosotros".

Ana se sonrojó un poco, contenta y también un poco avergonzada. "Está bien, una caminata suena divertida", dijo alegremente, y miró el pijama que llevaba puesto. "Solo denme unos minutos para cambiarme y estaré lista para irme".

"Suena bien", sonrió Eliza ampliamente, y todos los demás asintieron en acuerdo. Ana se dio la vuelta y corrió escaleras arriba a su habitación.

Ana se cambió rápidamente en un par de pantalones vaqueros, una sudadera y botas de montaña, y se puso el largo cabello castaño en una coleta. Agarrando rápidamente la mochila que Kate había guardado afortunadamente en su maleta, Ana se apresuró a bajar las escaleras para prepararse con los demás.

Christian y Sean habían reunido algunos bocadillos adicionales y una botella de agua para que Ana se la llevara, y Eliza tuvo la sensatez de hacer una nota para que los demás en la casa supieran a dónde se habían ido, una vez que hubo terminado con eso, estaban listos para irse. Todos se pusieron sus abrigos de invierno, sombreros y guantes antes de agarrar sus mochilas y salir por la puerta trasera.

En el momento en que salieron, Ana sintió que el aire fresco la golpeaba en la cara, y sonrió ampliamente; era una fresca y soleada mañana de invierno, y los árboles y montañas nevadas a lo largo del horizonte solo contribuían a su belleza. Ana se alegró de haber recordado llevar su teléfono celular ya que ella planeaba tomar un par de fotos de algunas de las nuevas obras de arte que quería pintar.

"Me sorprende que no hayas traído a Lester contigo", se acercó Christian a caminar al lado de Ana. Él le sonrió. "Creo que le hubiera gustado ir de excursión a la naturaleza".