4. La Llamada.

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Ambas siguieron su viaje hablando de comida y cosas que les agradaban y se dieron cuenta que coincidían en muchísimas cosas, rieron bastante, hablaron de sus antiguos empleos, de sus jefes y colegas se burlaron de situaciones cotidianas hasta que llegaron a hablar de sus familias. Corina hablaba con amor de su familia; padre, madre, hermano y hermanita.
También habló de su pareja con la que tenía una relación algo tormentosa, le pidió consejo a Susana  y esta pensó que era muy pronto para dar consejos a alguien que apenas conocía, pero de igual modo le habló desde su experiencia. Entonces salió el nombre de Victor a flote y claro como era de esperar finalmente habló de lo maravilloso que era como pareja y de la libertad que ambos tenían, habló de sus viajes y que el cambio de carrera y los años le habían puesto más interesante, pero que ya estaba de cierta manera acostumbrada a pasar temporadas sin él, entonces apareció una duda en Corina - ¿No te ha sido infiel en todos estos años si viaja tanto?
Entonces tuvo que explicarle el acuerdo que hizo con su pareja sobre los viajes, el amor y la libertad que ellos mismos se habían dado de poder estar con otras personas mientras estuvieran lejos y que si en algún momento se involucraban sentimientos a otras personas ambos lo dirían y también se cuidarían de enfermedades porque para ellos el amor era cuidar del otro y confiar.
Esto también trajo nuevamente la misma pregunta a Corina - ¿Te engañó alguna vez?
Entonces tuvo que responder.
- Nunca me engaño, siempre hablamos de las personas con quienes estuvimos ambos, solo omitió que con una de sus aventuras tendría un bebé, pasó poco tiempo para que me lo contase, hablamos del tema y él se hizo responsable de su bebé, que al día de hoy ya tiene cinco años,  con la mamá de ese niño ambos nos llevamos bien, el niño es maravilloso... Nos queremos mucho.

Corina quedó pasmada con la respuesta de Susana y no pudo dejar de decir. - Yo jamás le había perdonado algo así, por qué hacerlo, no te creo tan evolucionada y liberal.
A lo que tuvo que decirle.
- Cuesta creer que alguien pueda ser así, pero no es nada complicado, para mi, ojos que no ven corazón que no siente. Y si hubo un  error en su actuar ya está perdonado, se tomaron todas las acciones que podrían tomarse, exámenes para descartar cualquier cosa que a mi y a él nos dañara y bueno ser responsable con el pequeño.

No se dieron cuenta cuando estaban llegando a la estación. Les costó ponerse en pie después del viaje, llevaban muchas horas sentadas. Bajaron de la máquina y se encaminaron a comer sus deseadas y hamburguesas.
Ya en el restorant siguieron hablando de su pareja, Corina no podía creer que una mujer fuera tan fría en cuanto a su relación, lejos estaba de comprender el amor incondicional que tenía Susana para su hombre; en once años se habían separado muchísimas veces por los viajes de Víctor, después de turismo estudió cine y viajaba por el país haciendo documentales que enviaba a Europa, cada vez que llegaba de un
"proyecto" para ella era la felicidad completa, escuchaba atenta a todos los detalles del nuevo trabajo, de las personas que había conocido y el sin fin de detalles y problemas que se habían presentado. Estaban en plena conversación cuando sonó el teléfono de Corina ella rápidamente contestó.
-Buenas tardes, sí, con ella, por supuesto, mañana a las tres, ¿Qué tengo que llevar? Ah ok, claro, nos vemos adiós.  Susana te van a llamar debes estar atenta, te lo aseguro.
Pasaron los minutos y nada pasaba, ya llevaban media hora de la llamada estaban listas para despedirse e ir a sus casas cuando sonó el celular.
- Aló, buenas tardes.
- Hola, buenas tardes  ¿Hablo con Susana Amenabar?
-Sí, con ella.
-Le llamo del departamento de educación de El Olvido, para confirmar que su entrevista fue exitosa.
- Oh, qué bien, hay algo que deba hacer.
- Sí, traer sus documentación, su equipaje, frazadas y algo de comida, nosotros le asignaremos un departamento para que pueda vivir cerca del liceo.
- OK, gracias. Pero ¿Cuándo debo partir?
- Mañana debe estar a las tres en el liceo con su equipaje, para que asignemos su vivienda, que conozca a su nueva jefa y su lugar de trabajo.
-Bueno, entonces mañana nos vemos.

Y así fue como ambas profesoras tenían un nuevo trabajo.
-Viste te dije que llamarían.
- Sí lo hiciste. Ahora hay que ir a hacer las maletas, así que  ¿nos vamos?
-Tienes razón ya es hora de irnos. Hey no te he preguntado hacia donde vives.
-Vivo en El Salvador
-Mentira... Yo también, así que vámonos juntas.
-Buena idea.
Así, tomaron un microbus y cada una partió a su casa, Susana seguía pensando en cómo lo haría para comunicar la noticia.

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