Capítulo I

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Esperé en la puerta metálica grande pintada de verde de la escuela de mi hermana.

Hoy me tocaba recoger a mí a Skylynn, ya que Nash debía estudiar para no se qué examen y Will estaba fuera de la ciudad.

Miré la hora en mi iPhone, 16:58, dos minutos faltaban para que mi hermana pudiera salir del colegio.

Alguien chocó con mi hombro.

- Lo siento mucho - se disculpó una voz femenina, iba a responderle borde pero me quedé callado al ver unos ojos verdes oscuros con toques de marrón.

Su pelo era rosa palo, ¿rosa palo? Vaya color, pero extrañamente a ella le quedaba bien. Su pelo era largo y liso y lo llevaba recogido en una coleta alta algo desenfadada.

Su estilo se podría definir en hipster e indie.

No tenía tiempo para presentarse ya que nada más tocar el timbre salió trotando de delante de mí.

Entonces la perdí de vista.

Reaccioné y presté atención para que Skylynn no se volviera a escapar.

Ya me lo hizo una vez, casi me da un infarto.

Los niños salían y salían y no reconocía en ninguno de ellos la cara de mi hermana.

Vale, mi querídisima hermana, Skylynn La Cabrona, me la había vuelto a jugar.

Apunto estuve de girarme y empezar a correr para buscarla, cuando de nuevo, la voz de la chica del pelo rosa me detuvo completamente.

- Perdona - su voz era dulce y suave, muy femenina - ¿Eres el hermano de Skylynn? - preguntó y asentí algo confundido.

Lo entendí todo cuando ví a Skylynn cogida de su mano derecha con algunas lágrimas en sus ojos.

- Ves Skylynn, tu hermano estaba aquí - se agachó hasta estar a la altura de mi hermana y luego se volvió a levantar para quedar a mi altura -. Soy Zara Roth - se presentó extendiendo su mano hacía mí -. La hermana mayor de Skylar - dijo señalando a una niña castaña oscura con sus mismos ojos, jugando con mi hermana.

- Hayes Grier - estreché su mano y pasados diez segundos ella deshizo el agarre.

- Me había encontrado a tu hermana sola en los columpios llorando y mi hermana me ha obligado a encontrar a la persona que viniera a recogerla. Si no se venía con ella a casa - y soltó una risita, dulce.

¿Por qué tenía que ser tan dulce? Todo en ella lo era, ¿por qué?

- Veo que lo tuyo no es hablar - comentó mirándome de arriba a abajo, analizándome.

- Zara - Skylar y Skylynn tiraron de la chaqueta verde militar que llevaba atada a la cintura por las mangas.

- ¿Qué pasa peques? - les preguntó agachándose a su misma altura, frente a ellas.

- ¿Has echo brownies? - preguntó mi hermana.

Y Zara sonrió mientras asentía.

- Tomad uno cada una - sacó de su mochila extra grande un tupper, lo abrió y se pudieron ver pequeños brownies apilados.

Cada una cogió uno y salieron corriendo, no sin antes dejándonos a nosotros sus mochilas.

- ¿Quieres? - me ofreció un brownie.

Nos habíamos sentado en un banco, ella estaba sentada como un indio mirándome y yo me había sentado apoyando mi espalda en el respaldo del metálico banco.

Cogí uno no muy seguro y ella retiro el recipiente de mis narices.

- No estan envenedados, cómetelo tranquilo - dijo divertida, como si me hubiera leído la mente.

La Chica Del Pelo RosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora