Scared, Potter? // Drarry [EDITANDO]

P R Ó L O G O

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Hace un par de meses, Harry Potter había vencido, finalmente, a Voldemort.
Cualquiera podría pensar que ahora el mundo mágico sería feliz y libre, como ocurrió en 1981, con el fin de la Primera Guerra Mágica. Sería lo más lógico, pero en la Segunda Guerra Mágica, hay un factor que no estaba presente en la primera; Harry Potter era completamente consciente de lo que había ocurrido.

Harry debería estar feliz, celebrando con sus amigos en La Madriguera, haciendo una fiesta con todos sus amigos de Hogwarts, enviándose cartas contándo todo lo ocurrido una y otra vez, recordándolo como algo épico, nunca antes ocurrido, pues, en cierta parte, así era. Pero, en cambio, Harry estaba tirado en su cama, en su cuarto en el número 4 de Privet Drive, boca abajo, leyendo y releyendo una carta enviada por su amiga Hermione, hace dos meses; la penúltima carta que había recibido de todo el mundo.
​

Querido Harry:​

¡Feliz cumpleaños! Lamento no haberte mandado ninguna carta en lo que va del verano, pero he estado muy ocupada últimamente, no lo creerás, pero la derrota contra Voldemort del año pasado me dejó más cosas que hacer que todo lo que estudié para los TIMO's hace dos años (aunque me haya ido fatal).
Me iré de viaje con mis padres a Francia en lo que resta del verano. No quería decírtelo hasta que estuviera confirmado, pero es muy probable de que me mude a París...
Permanentemente.
Lo cual, como ya estarás intuyendo, significaría que me cambio de colegio a Beauxbatons.
Lo siento mucho, Harry. Te mandaré otra lechuza en un mes para confirmarte si es definitivo que me mudo o no. Hasta entonces,​

Te quiere,
Hermione​

Harry no podía creerlo, su mejor amiga, a kilómetros de él. <Al menos aún tengo a Ron> pensó Harry, con los ojos llorosos al terminar de leer por 28va vez la carta de su amiga, una semana después desde que la recibió, cuando de pronto entra otra lechuza por la ventana, seguido de un grito de su tío Vernon, que se encontraba en el patio podando el pasto. Al principio, creyó que era la confirmación de Hermione, de que en realidad no se iba a mudar, sino que no se iría y se quedaría con el para otro año en Hogwarts.

Pero, cuando miró bien, se dió cuenta de que era Pigwidgeon, la diminuta lechuza de su mejor amigo, Ronald Weasley. Esta vez, Harry creyó que se trataría de una invitación de parte de Ron para ir a visitarlo a La Madriguera en lo que restaba de las vacaciones, ya que Ron sabía que Harry no tenía por qué seguir en Privet Drive, debido a que el hechizo de protección que le dejó su madre al morir, era inútil; Voldemort ya había muerto.

En realidad, Harry se encontraba en la casa de sus tíos ya que, si se iba al número 12 de Grimmauld Place, se sentiría muy solo, simplemente con la presencia de Kreacher, del cual, en realidad, nunca supo si seguía vivo, luego del incidente en el ministerio de magia, cuando fueron a por el guardapelo de Slytherin. Sus amigos no habían aceptado la invitación de irse a vivir con él, cosa que Harry atribuyó a que ellos tenían familia. Además, le recordaría mucho a Sirius, y no tenía ningún otro lugar a donde ir.

Cuando abrió la carta, tenía una sonrisa de esperanza en la cara, pero a medida que fue leyendo, su sonrisa fue dejando su cara, poco a poco.
​

Harry;

Hola, amigo. Feliz cumpleaños, algo atrasado. Tanto tiempo sin saber de ti. Sólo han pasado unas semanas, pero para nosotros es mucho y los sabes:-)
Te escribía para contarte algo, que creo que te disgustará un poco, pero deberías estar feliz por mi, ¿no?.
No iré al próximo y último año en Hogwarts.
Como sabrás, siempre he querido seguir el mismo camino de Fred y George, pero no estaba seguro.
Con la muerte de- bueno, ya que Fred ya no está, hay una vacante en Sortilegios Weasley, por lo que iré a trabajar allí, y para eso no necesito terminar mis estudios.
Lo siento por dejarte sólo con Hermione, pero esta es mi oportunidad. Además, trabajaré en el Callejón Diagon, y seguiré viviendo en la madriguera, por si quieres venir a visitarme:-)
Si quieres, puedo acompañarte a tí y a Hermione a comprar tu lista de útiles para el próximo año en Hogwarts, hazme llegar una lechuza con tu respuesta.
Atentamente, Ron Weasley.​

Harry dió un no muy leve golpe a su mesita de noche. Se retractó al instante, al sentir el aleteo de Hedwig, pero luego recordó lo que le había ocurrido a su lechuza hace un tiempo, lo cual hizo que su cerebro enviara una señal hasta su pierna, para que le diera otro golpe, esta vez más fuerte, a la mesita y luego hasta los músculos de su cara, formándo una mueca luego de escuchar cómo su tío Vernon lo regañaba por estar haciendo ruido a esa hora de la noche. <Claro, como él no está podando el césped a las 12 de la noche> pensó Harry.

Se recostó fuertemente en su cama, esta vez boca arriba, pensando en lo aburrido y solitario que sería ese año en Hogwarts, y temiendo por éste, ya que se acercaba cada vez más deprisa.​