LA POSIBILIDAD DE LA EXISTENCIA DE VIDA EXTRATERRESTRE INTELIGENTE, SU BÚSQUEDA CIENTÍFICA E INTERÉS FILOSÓFICO
RESUMEN
Consideramos la posibilidad de la existencia de vida extraterrestre inteligente. Nos interesan principalmente los esfuerzos actuales, tanto teóricos como observacionales (en radio astronomía) en la búsqueda de nuevas manifestaciones del fenómeno de la vida. Dedicamos especial atención al papel que juegan las observaciones del Proyecto SETI en el campo de la astrobiología, o sea en la ciencia que estudia el origen, evolución, distribución y destino de la vida en el universo. También incluimos la problemática del surgimiento de la inteligencia en otras partes del universo (especialmente en grado racional elevado, como el humano). Concluimos con algunos comentarios en relación al interés filosófico, social y cultural de la búsqueda de vida inteligente en el universo y las implicaciones de su eventual éxito.
1. INTRODUCCIÓN
En Letras de Deusto ya en dos ocasiones precedentes se han discutido algunos temas resaltantes de la nueva ciencia de la astrobiología (Aretxaga et al., 2003; Aretxaga y Chela-Flores, 2006). Hasta el presente se ha puesto el énfasis en las implicaciones de la astrobiología en las humanidades, principalmente centrado sobre las implicaciones de la astrobiología en la frontera entre la ciencia y la filosofía. El presente trabajo intenta restringirse a la posibilidad de la existencia de la vida extraterrestre. Especialmente nos concierne estudiar cuando otras evoluciones biológicas, al igual que la nuestra, hayan sido convergentes biológicamente con la vida sobre la Tierra. Dos son las posibilidades de convergencia que nos interesa discutir en este trabajo. Recordamos al lector que el concepto de convergencia en evolución biológica fue revisado en esta revista, especialmente en la segunda discusión (Aretxaga y Chela-Flores, 2006).
La primera posibilidad del origen de la vida en otros ambientes fuera de la Tierra es que la vida se haya originado dentro del Sistema Solar en ecosistemas compatibles con la presencia de microorganismos adaptados a la vida en condiciones ambientales extremas. En biología usualmente estos organismos son denominados 'extremófilos'.(*¨) La segunda posibilidad de emergencia de la vida en el cosmos es que fuera de la Tierra pueda haber organismos que durante su evolución lleguen a manifestar un comportamiento inteligente. Al igual que en el caso de los seres humanos, es posible que tales 'exo-organismos' sean capaces de comunicarse entre ellos mismos a través de señales en alguna banda del espectro electromagnético. Estas comunicaciones podrían realizarse a través de ondas de radio, a través de las ondas correspondientes a fotones del ultravioleta, rayos-X, rayos gamma, o alguna otra estrategia alternativa (por ejemplo, siguiendo algún medio de comunicación digital).
(* 1 Recomendamos antes de continuar la lectura consultar los comentarios relacionados con este tema en un artículo de este mismo volumen (Briones, 2008))
Desde 1995 comenzamos a reconocer otros sistemas planetarios que tienen planetas similares a la Tierra (Mayor, 1996). Desafortunadamente, hasta la fecha tales exoplanetas están limitados a mundos de mayor tamaño que la Tierra. Esta peculiaridad es debida a los límites de observación que están a disposición de la astronomía moderna sobre la superficie terrestre. Centenares de exoplanetas han sido descubiertos en los grandes observatorios de los Estados Unidos de América (situados en Hawai), así como también en los observatorios europeos del hemisferio sur (situados en Chile). Pero ya comenzamos a desarrollar métodos de observación con instrumentación ubicada en órbita a la Tierra. Este es el caso de la Misión COROT de la Agencia Espacial Europea, ESA, (COROT, 2007), o eventualmente lo será con la Misión Discovery Kepler de la Agencia Espacial de los Estados Unidos de América, NASA, (Kepler, 2007). Esta misión, planificada inicialmente para el año 2008, estará dotada de un telescopio de 1 m especialmente diseñado para medir cambios en la brillantez de estrellas que sufran un tránsito planetario en la línea de visión hacia la Tierra. Estos esfuerzos culminarán en la futura Misión Darwin (Darwin, 2007), la cual deberá estar en órbita alrededor del Sol en la próxima década (Cosmic Vision, 2005).
Entre estas dos posibilidades para la emergencia de una nueva 'génesis de la vida' o, brevemente, una Segunda Génesis, focalizaremos nuestra atención en la posibilidad de detectar manifestaciones de seres inteligentes que estén en ecosistemas en planetas similares a la Tierra alrededor de otras estrellas.
Ya hemos discutido en Letras de Deusto (Aretxaga et al., 2003) y en trabajos más recientes (Chela-Flores, 2006; 2007) algunos temas relacionados con la búsqueda de la vida en nuestro propio Sistema Solar, especialmente en el misterioso, fascinante y pequeño mundo llamado Europa, la luna de Júpiter, la cual fue descubierta por Galileo Galilei en 1610.