Tratamiento Placentero

1. - En la búsqueda...

Estaba sentada en la biblioteca y como siempre, la arqueóloga de la tripulación de los Sombrero de Paja devoraba un libro tras otro. Buscaba referencias frescas del paradero de uno de los tantos Poneglyph repartidos en el Grand Line. Un rumor había llegado hace una semana, estando en alta mar. Según la navegante, faltaba poco para llegar a la isla en donde, supuestamente, estaba ubicado uno de los artefactos históricos que buscaba con tanto ahínco. Ella quería saberlo todo, ella debía saberlo todo. La puerta se abrió repentinamente y Sanji entraba con una bandeja.

- ¡¡Rooobinn-chwaaann!! - La mujer dejó a un lado el libro, total, ya estaba algo cansada. - Tu cóctel de la tarde... - El chef le ofrecía una refrescante bebida.

- Gracias, Sanji-kun... - Dió una probada. - Está delicioso... Cómo siempre... - Le guiñó un ojo y besó al rubio en la mejilla, él se puso a bailar.

- Es un placer mi bella dama... Has estado todo el día leyendo... - Le dijo con corazones en los ojos.

- Así es... Debo seguir la pista... Debo encontrarlos... - Terminó su refresco. - Pero tienes razón... Debo despejarme, gracias de nuevo... Sanji-kun... - Ahora escogió la otra mejilla del cocinero que ésta vez saltaba de felicidad, fueron dos besos seguidos en menos de quince minutos, para él era un gran logro.

La morena abandonó la biblioteca y se fue a cubierta. La tarde estaba muy agradable. Más agradable aún con la vista del espadachín levantando sus pesas a torso desnudo. Ella pasó por su lado, lanzándole una mirada seductora, pero él se mantuvo imperturbable como siempre.

Este hombre... parece ser que nada lo altera... Pensó la mujer que se recostó en la reposera al lado de Nami que tomaba el sol.

- Falta poco para llegar... - La pelinaranja le anunciaba a Robin que no alcanzó a preguntar. - Estás algo ansiosa... -

- Es que la pista es sólida... - Siguieron hablando de varias cosas.

La charla de las chicas lo distraía. Pensó mejor en subir al nido de cuervo pero en realidad, quería mirar un poco más ese cuerpo escultural de la morena. A veces le daban ganas de arrancarle con los dientes ese pareo y la parte de arriba del bikini pero se contenía increíblemente. Además no iba a estar babeando como perro faldero tras una mujer, ni pensarlo.

Terminó su secuencia de ejercicios y destapó una botella de su bebida favorita, hacía un calor del demonio y el sudor bajaba por su pecho. Pudo ver de soslayo que la mujer tenía la boca abierta, mirándolo sin disimular ni un poco.

- ¡¡Vengan todos!! ¡¡Preparé pizza para los que no quieran esperar la cena!!... Está servida... - Sanji gritaba desde la puerta de la cocina.

Una estampida repentina liderada por Luffy, seguida de Chopper, Usopp y Brook hizo escándalo en cubierta, también Franky corrió tras ellos y al pasar, empujó al espadachín sólo por el afán de bromear, éste cayó sobre la arqueóloga planchándola a ella y a la reposera que quedó destruída.

- ¡¡¡FRANKYYY!!! - Gritó el peliverde con el puño en alto, recibiendo la carcajada del cyborg.

- Tienes tiempo de gritarle... Pero no para quitarte de encima mío... - La arqueóloga lo tomó del cuello y acercó el rostro del espadachín a centímetros del suyo. - Interesante... - Todos a excepción de Nami se metieron al comedor.

- De qué hablas mujer... - Sonrió muy seguro, pero sus mejillas lo delataban. Se puso de pie y le extendió la mano a la morena para ayudarla.

- ¡Vaya!... Dos sorpresas en tan poco tiempo... - La morena notó húmeda la piel de su vientre y deslizó su dedo índice sobre ella. El sudor del espadachín la había mojado. - Apuesto...  que tiene gusto a sake... - Le dijo a Zoro deslizando el mismo dedo en el pecho del peliverde.