Capítulo 10: Prometida

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Tres días más y mi mejor amiga volvería de África, cinco días más y debía volver a la universidad, dos horas más y empezaba mi cita con Nate. Resulta que cuando me mejore al cien por ciento y mi periodo termino, Nate exigió el día que le debía de cuando me enfermé, así que acepte, después de todo él había estado haciendo mucho mérito  por gustarme, digo, agradarme. Elegí un vestido primaveral rosa bebe, con zapatos y accesorios café claro, rise un poco mi cabello, solo para darle forma a las ondas y me maquille suavemente, el día anterior había ido a un centro de spa y masaje donde aparte del spa y masaje me hice la manicure y pedicure, me hice un masaje capilar y un recorte de puntas y depilación CASI completa. Me sentía hermosa y alegre, seria un buen día. Nate por su lado llevaba puesta una camisa azul oscuro con detalles en un gris casi blanco, de manga corta, era veraniega y un short blanco sobre la rodilla, la verdad sabia que el chico tenia buen cuerpo, desde que vivimos juntos no hay día que no salga a correr temprano en la mañana, por eso siempre estaba despierto y duchado antes que yo, a lo que voy es que ya lo e visto a torso desnudo pero la camisa y el short hacen que su figura se remarque mas y deja lo justo a la imaginación.

- Estas hermosa cariño - me guiño el ojo y me ofreció su brazo como todo un caballero, le di un golpe en el mismo con mi dedo antes de afirmarme de él.

- No me llames cariño - dio una suave carcajada y salimos a tomar el ascensor, parecía nervioso y la sonrisa en su cara iba y venia cada ciertos segundos, me pregunté en qué estaría su cabeza, cuando bajamos del ascensor el silencio ya se me hacia incomodo - Entonces ... ¿Qué haremos hoy?

- Primero te abriré la puerta del copiloto galantemente y tu subirás a mi auto - lo mire divertida y seguimos caminando al auto de Nate - luego yo conduciré a algún local donde podamos desayunar

- Eso me gusta hasta ahora - dije mientras el abría la puerta del copiloto y yo subía al auto, Nate corrió para rodear el auto, subir al asiento del conductor y puso en marcha el auto - adoro que tu auto sea eléctrico, no hay bullicio

- Ni contaminación

- Correcto, entonces ¿después de desayunar?

- Compras, pero no te emociones, solo una hora u hora y media a más tardar y el resto es sorpresa - lo mire entusiasmada, hasta ese punto nuestra cita sonaba bastante bien así que decidí no presionar y solo comenzamos a hablar de cosas banales.

Desayunamos en starbucks, luego fuimos al centro comercial compramos un par de cosas para su hermana, un par de cosas para Lancelot y otras cuantas para nosotros, después al super mercado, nuestra ama de llaves hacia las compras por nosotros los días que venia al departamento así que solo compramos galletas, dulces y cosas de ese estilo. Finalmente y después de tener todo guardado en la maleta del auto Nate empezó a manejar a quien sabe donde, nos estábamos alejando bastante del centro de la ciudad, de hecho, nos estábamos alejando de la ciudad y punto.

- ¿Me estas secuestrando? - dije medio en broma.

- ¿Que gano secuestrando a mi prometida? Dinero no, tengo bastante, matrimonio forzoso, eso ya esta para ambos, sexo, puedo esperar al matrimonio cariño pero si quieres antes no me quejare - dijo esto último guiñandome el ojo y le di un pequeño golpe, el cual si no hubiese estado manejando habría sido muy fuerte - auch

- Eres un cerdo. Y no me digas cariño

- Bien, bien, no mas cariño

- ¿De verdad? - dije algo esperanzada.

- No - dijo riendo y ahí murieron mis esperanzas - ¿Quieres cambiar la música? esta ya me esta aburriendo

- Oki doki - dije mientras cambiaba el pop por hip-hop, al menos yo escuchaba de todo tipo de música, Nate sin embargo, tenía ciertos estilos musicales que no eran su tipo o simplemente no le gustaban, como el rap ¿Como puede no gustarle el rap? pero el hip-hop era aceptado, solo que jamas encontraras una canción de ese tipo en la música de su celular - Okay, empiezo a preocuparme ¿Donde me llevas?

-Es una sorpresa, pero te juro que no es nada malo

- No se si confiar en ti Nathaniel Allen, no es que seas un chico de fiar

- HEY, si soy un chico de fiar, de hecho soy un muy buen chico

- Meeh, aveces, como por ejemplo cuando cuidas a Lancelot

Arian Ruzzo, eres una pequeña abusadora

- Y tu un gran secuestrador, oye ese es un hospital

- Sip

- ¿pero qué hacemos ... Oh - dije con comprensión.

- Sorpresa

- ¿Voy a conocer a tu hermanita?

- Así es, Victoria esta muy emocionada

- ¿Porque no me lo dijiste? - estaba algo enojada, de haber sabido que veníamos, le habría traído algo, un juguete, un libro, lo que sea, pero no, él quiso ser espontaneo. Entramos al hospital y la recepcionista reconoció de inmediato a Nate.

- Nathaniel, hace tiempo que no venias ¿Es que has conseguido novia o empleo? - dijo medio en broma, es obvio que ella sabía que Nate era un chico de dinero y medio mujeriego.

- Algo así, Dafne, ella es mi prometida Arian, Cariño, ella es Dafne una de las recepcionistas más simpáticas que hay - el hecho de que me llamara prometida frente a alguien que no fuese mi familia o los chicos me descoloco, ni siquiera lo rete por decirme cariño, solo me quede analizando la palabra junto con lo que conlleva y a la chica enfrente de mí, ella tenía el cabello corto tipo melena, debía estar cercana a los treinta, cabello castaño, ojos castaños, piel un poco morena. Sus orejas se pusieron rojas en cuanto Nate me presento como su prometida, una reacción extraña a mi parecer, quizás se sintió incomoda por la broma que había dicho.

- Lo siento, necesito que firmen aquí antes de ingresar y bueno ... ya sabes el camino - la chica nos entregó un libro enorme y un lapíz.

- Claro - dijo Nate mientras llenaba unos datos en el libro de visitas - ¿Como a estado?

- Hoy parecía de un ánimo anormalmente entusiasta, ahora se por que, no a tenido recaidas, es mas, el doctor dijo que quizas, si seguía así, podía darla de alta

- Eso sería genial. Tu turno -  dijo Nate y me entregó el lápiz, en silencio, coloque mi nombre, mi numero de telefono, mi rut y mi firma, luego con la cara más amable que pude le devolví las cosas a Dafne.

- Gracias Dafne - la chica enrojeció como un tomate y me pregunte que la había avergonzado tanto, sus ojos brillaron y podría jurar que casi la escuche suspirar.

- De ... de nada

- Por aquí - dijo Nate y me guió con una mano en mi espalda baja directo a la habitación de Victoria.


comprometida con mi enemigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora