Prólogo

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La historia que voy a contarles toma lugar varios años atrás. Más de los que una vida humana es capaz de soportar. Aun así, es algo que, para mí, es imposible olvidar.

Todo comenzó en una aldea pequeña, la cual se encontraba cerca de un amplio bosque. En dicho bosque, estaba prohibido adentrarse más allá de una pequeña cuerda con varios pergaminos.
Para quien cruzase al otro lado significaba la muerte, no por parte de las leyes o algo así, sino porque en ese lugar habitaban criaturas que sólo podrían aparecer en las peores pesadillas.
Los pergaminos también eran una forma de que los espíritus y demonios dentro no pudiesen entrar a la aldea.
Si eso llegaba a pasar, rápidamente eran exorcizados por los sacerdotes; la familia Song. He tenido la suerte o desgracia de haberlos conocido desde que el primero llegó a este mundo. Durante siglos, sus conocimientos pasaron de generación a generación, hasta que la tragedia pasó; ambos, marido y mujer, fueron acorralados y cruelmente asesinados por un demonio en uno de sus viajes.

¿Por qué lo hizo? Tal vez fue simple capricho. Ni siquiera él mismo lo sabía.
Sin embargo, el daño ya estaba hecho, arrebató la vida a esas personas sin tener motivos.

Los humanos nacen y mueren todo el tiempo, así que ¿Qué más da?, pensó.

En ese momento, un llanto casi inaudible se hizo presente. El demonio revisó entre las pertenencias de la pareja, la sorpresa fue clara en su rostro; un bebé humano estaba ahí. La pequeña abrió sus grandes y cristalinos ojos, observándolo. Su llanto cesó, siendo reemplazado por una pequeña risa.

— Los humanos son raros — La tomó entre sus brazos — Se supone que deberías estar temiendo por tu vida, no sonriendo tan despreocupadamente al asesino de tu familia.

Renunció a toda esperanza de que entendiese lo que estaba diciendo.

— Como sea — Volvió a dejarla donde estaba — No eres mi problema — Dio media vuelta, con la intención de irse. Sin embargo, fue detenido por un débil tirón en su ropa; las lágrimas en esos enormes e inocentes ojos amenazaban con salir nuevamente. El joven demonio bufó con molestia — ¿Qué quieres ahora? ¡Oye, suéltame! — Había trepado por su pierna, abrazándola mientras reía divertida ante los forcejeos del mayor quien trató de apartarla. Tras largos intentos sin ningún éxito, dejó caer su cuerpo en el piso, descansando — Un demonio con más de mil años siendo "derrotado" por un infante, patético — Lanzó su wakizashi hasta ella — Bien, hazlo, mátame tal como hice con ellos. No me importa, después de todo, solo soy un alguien que vaga por el mundo sin nada más que malos recuerdos.

La niña tomó el arma, curiosa por ese ojo en su centro. En cuanto se sintió observada por éste, dio un sobresalto asustada y la apartó, escondiéndose en la pierna del demonio.

No duraría 10 minutos sola, mucho menos en un lugar como ese. El chico pensó en la posibilidad de llevarla consigo, al menos serviría como aperitivo. En un movimiento rápido, se levantó al escuchar algunos ruidos al rededor suyo; permaneció demasiado en un solo lugar y el olor a sangre había atraído una parvada de demonios con aspecto de cuervos. Eran pequeños y débiles si se trataba de unos pocos, pero cuando se encontraban grupos grandes, eran una molestia peligrosa.

"Carne... Humanos... Hambre", sin previo aviso, atacaron, destrozado los cuerpos de los sacerdotes, devorándolos. La castaña veía horrorizada la escena frente a ella, por otro lado, el joven demonio luchaba con algunos más que intentaban hacer lo mismo con él. De pronto, un gran estallido de una luz aguamarina iluminó el lugar, provocando que los cuervos de alejaran. El chico observó el origen de ese poder; la niña. En sus mejillas unas pequeñas marcas, parecidas a triángulos inclinados emanaban ese resplandor. Sintió una gran paz en su interior y, las heridas que tenía en su cuerpo sanaron en un abrir y cerrar de ojos.

— Tú... ¿Quién eres? — Divagando su mirada por el lugar, encontró un pequeño sobre, lo abrió con cuidado y comenzó a leerlo.


"Querida Hana.

Lamentamos que las cosas deban ser de esta forma, nos gustaría haberte visto crecer, escuchar tus primeras palabras, verte dar tus primeros pasos y, sobre todo, mostrarte tantas cosas hermosas de este mundo. Sin embargo, tu padre y yo tenemos demasiado trabajo. Tampoco podemos arriesgarte acompañándonos en nuestros largos viajes, es demasiado peligroso para ti.
Si alguien que no debe llega a saber del poder que tienes encerrado en tu interior, es muy probable que trate de arrebatarlo, aun así, siempre daremos hasta nuestro último aliento para protegerte.
Ahora, mientras escribo esto, vamos de camino a casa de un viejo amigo. Cuidará de ti mientras no estamos.

Es posible que, cuando seas capaz de leer esto nosotros estemos en camino a verte.

Tu padre encuentra divertido que te extrañe sin siquiera haberme separado de ti aún.

Nunca olvides lo mucho que te amamos, hija.

Con cariño, tus padres."



Ahora entendía, la razón por la que ellos se aferraban tanto a luchar no era por el orgullo o testarudez que muchos humanos mostraban, sino que lo hacían para protegerla.

Colocó sus armas en su respectivo lugar, caminó hasta donde se encontraba la pequeña y se arrodilló frente suyo, intentando quedar a su misma altura.

— No suelo decir esto, así que más te vale escuchar — Tomó una gran bocanada de aire — Siento mucho que tus padres se hayan metido con quien no debían y hayan muerto por eso... No, eso no se escucha bien. Ugh, ¿Cómo se supone que sea la forma correcta? — Esto era más complicado de lo que esperaba, pero estaba haciendo su mayor esfuerzo. Murmuró algunas cosas en un idioma inentendible, maldiciéndose a él y su suerte — El punto al que quiero llegar es: gracias por lo de antes — Su voz sonaba más a la de alguien molesto que agradecido, y claro que lo estaba. Quiero decir, ¿De cuántos demonios han escuchado las palabras "Fui salvado por una mocosa"? Sin mencionar que los de su especie tenían un código que debían respetar a muerte; acompañar a quien los haya salvado durante el resto de su vida, sin importar quien sea. Lo cual significaba que, sumado a los problemas que conllevaba un humano en ese bosque, debía ser niñero de la pequeña.

Perfecto, ¿Alguna otra sorpresa? Creo que te faltó un sazón de desgracia en mi plato de existencia, vida.





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¿Recuerdan que les comenté sobre una historia que estaba escribiendo mientras hacía la otra y que sería publicada en cuanto el final estuviese cerca?

Pues esta no es :D así que a quienes les gusta "El metal no puede sentir" pueden estar tranquilos, aún no llega a su fin xD

Esta es una historia corta de solamente 1 capítulo, en cuanto esté listo será publicado

Pronto estaré de vacaciones, lo que significa que podré trabajar con más tranquilidad y dedicar más tiempo a las historias :D

Espero sigan apoyando las historias, muchas gracias por leer y votar <3

Oni || CyborgBunny|| OneShotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora