Para cuando llegaron al apartamento de Emily, ya eran casi las 2 de la madrugada. Derek se aseguró de que llegara sana y salva, e insistió en acompañarla hasta la misma puerta. Ya una vez allí, y con ambos totalmente desvelados, Emily encontró natural invitarlo a pasar, aunque sospechaba que de no haberlo hecho, hubiera entrado igual.
Con toda la tranquilidad de la que pudo hacer acopio, le ofreció una cerveza y subió a darse una ducha. A Derek, sentado en el sofá, frente a la tele encendida, pero sin prestarle la mínima atención, no le pasó desapercibido que Emily llevaba en la ducha al menos veinte minutos.
Cuando ésta apareció, llevaba un pijama de satén, largo, de dos piezas y el pelo le caía sobre los hombros.
Cogió una cerveza de la nevera, y se sentó junto a él.
- ¿Estás bien?. -Le volvió a preguntar por enésima vez aquella noche, y por enésima vez Emily le volvió a dar la misma respuesta.
- Sí, estoy bien- La mentira le resultaba más fácil que la verdad.
Se inclinó sobre la mesilla de centro para dejar su cerveza allí. En un movimiento extraño, un pequeño gemido de dolor salió de su boca e instintivamente se llevó la mano a su cadera izquierda. Allí era donde había recibido casi todo el peso de Jason. Inmediatamente dirigió su vista a Derek, que tenía la suya clavada en aquella zona. Notó cómo sus ojos se estrechaban y se oscurecían, antes de volverlos directamente hacia ella.
Derek notó su respiración agitada y el temor en su mirada. Sin decir una palabra, y con Emily paralizada junto a él, llevó su mano hasta su cabello y le retiró el pelo hacia atrás con suavidad. Sintió una punzada de dolor y de furia, todo al mismo tiempo, cuando se dio cuenta de que tenía las marcas de varios dedos en su cuello. Sin pedir permiso siquiera, levantó ligeramente la parte de arriba de su pijama, sólo para comprobar el cardenal que comenzaba a formarse allí. No necesitaba ver más, para darse cuenta de que posiblemente no serían los únicos en su cuerpo.
- Por lo que veo hizo algo más que enfadarse- Intentó parecer calmado, pero no pudo evitar el tono de rabia en su voz.
Emily, volvió a colocarse el pijama, ocultando la marca que comenzaba a colorearse de morado. Ni siquiera se había dado cuenta. Últimamente evitaba los espejos. Lo miró casi como si se disculpara, lamentando que se sintiera así.
- No es nada, de veras- Le dijo con suavidad.
Notó como él apretaba los puños y la mandíbula. No había forma de que fuera a creerla.
- Em... si te hizo algo, si él te...- Era incapaz de pronunciar las palabras. Después de lo de Doyle, no podía ni pensar en que pudiera volver a ocurrirle algo malo.
- No Derek.-. Se apresuró a sacarlo de su error- No pasó lo que estás pensando... Te lo prometo.
La miró a los ojos, buscando un resquicio de duda en su voz. Por fortuna, no lo encontró.
- Pero lo intentó....- Le dijo sabiendo que con semejantes pruebas en su cuerpo no se atrevería a negarlo- ¿Quién es?, tienes que denunciarlo, Emily.
- No- Negó ella tajantemente- No quiero eso Derek, con todos los problemas que he tenido desde que he vuelto, no quiero volver a ponerme en el punto de mira de los jefes.
- ¿Por qué iba a involucrarse el FBI?- En el mismo tiempo en que Emily se daba cuenta de su error, Derek hizo la conexión necesaria- Espera, ¿es un agente federal?.
Emily suspiró, maldiciéndose a si misma por no haber tenido más cautela.
- Por favor, sólo quiero olvidarlo, de veras. No me lo hagas más difícil. No fue para tanto.
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AVE FENIX
RomanceEmily tiene la cita perfecta, al parecer, con el hombre perfecto. Pero cuando las cosas salen peor de lo que hubiera imaginado, se ve obligada a pedir ayuda a su mejor amigo. Demily. No soy dueña de mentes criminales, solo utilizo sus personajes por...