Eran ya casi las nueve cuando Emily terminó por fin de vestirse. Después de repasar su armario durante más de diez minutos, había optado por un vestido rojo, de tirantes, escote palabra de honor, y que le llegaba justo por encima de la rodillas, ajustando delicadamente sus curvas. Sentada en el tocador, se maquilló con colores suaves, y se peinó el cabello dejándolo suelto sobre sus hombros. Ignoró las marcas que aún se notaban en su cuerpo, orgullosa de haber sido capaz de mirarse en el espejo sin temor, después de mucho tiempo sin hacerlo.
Cuando se dirigió a la sala, para recoger su bolso y dirigirse a su "fiesta sorpresa", que había dejado de ser sorpresa para ella desde el mismo día en que Penélope había comenzado a organizarla, escuchó dos suaves golpes en la puerta. No tuvo duda alguna de que se trataba de Derek, y sonrió para sus adentros.
- No era necesario que vinieras a recogerme- Le dijo cuando lo tuvo frente a frente, apartándose un poco para que pasara.
Derek entró y se quedó unos segundos embelesado mirándola.
- ¿Qué?- Le preguntó riéndose- ¿Te ha comido la lengua el gato?
- No el gato precisamente...-Murmuró, encontrando su mirada- Estás absolutamente hermosa, Emily- Añadió con suavidad.
- Gracias- Respondió ella con una tímida sonrisa- De verdad, no tenías por qué, venir... Derek...en algún momento tendrás que dejar de preocuparte por mí...
- No está en mis planes dejar de hacerlo, en realidad.
La miró con tal intensidad, que Emily sintió cómo sus mejillas se ruborizaban.
- De todas formas- Continuó mientras sacaba de su bolsillo una pequeña cajita envuelta en papel rojo- Quería darte tu regalo de cumpleaños a solas.
Emily abrió los ojos, perpleja, mientras que Derek se acercaba a ella y se lo entregaba.
- Gracias... no tenías que...- Balbuceó al tiempo que lo abría. Suspiró emocionada y sorprendida, cuando sacó una delicada cadena con un pequeño colgante de un ave fénix. No podía imaginar lo difícil que debía haberle resultado encontrar algo así en solo una tarde y sospechó que debía haber tenido ayuda de Penélope.- Dios mío, es precioso Derek... - Susurró conmovida por el detalle.
- Vamos... - La instó en voz baja- Date la vuelta, te lo pondré.
Emily se giró, recogiendo descuidadamente el cabello, mientras sentía las manos de Derek primero en su nuca, y luego, deslizándose sobre sus hombros, con tal suavidad, que se estremeció. Luego, volvieron a quedar frente a frente, comunicándose solo con la mirada durante lo que parecieron horas.
- Perfecto- Dijo él , con una leve sonrisa.
Emily sintió que su corazón quería decir mil cosas, pero finalmente su cerebro, se instauró en un tímido "Será mejor que nos vayamos... no quiero llegar tarde a mi propia fiesta".
Derek sonrió, y guiándola hacia la puerta, la abrió y esperó a que pasara para salir luego detrás de ella.
Cuando llegaron a la fiesta, parecía que todos llevaban allí bastante tiempo, dadas las copas desparramadas por el salón de Rossi, y las voces y risas que se oían desde la puerta. El anfitrión, les llevó hasta la preciosa terraza adyacente al salón, y separada de éste por unas enormes puertas de cristal. Había dispuesto una mesa, y ya todos estaban brindando a su alrededor. Vitorearon a Emily y le desearon cumpleaños feliz cuando la vieron entrar acompañada de Derek.
- Lo de mi celebrar mi cumpleaños atrasado era una simple excusa para montar una fiesta, ¿no?- Les dijo Emily fingiendo estar ofendida.
- Es que no llegábais- Dijo Reid demasiado sonriente a ojos de Emily. Supuso que llevaba ya un par de copas, o quizás sólo una. Reid con una probablemente ya tenía suficiente.
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AVE FENIX
RomanceEmily tiene la cita perfecta, al parecer, con el hombre perfecto. Pero cuando las cosas salen peor de lo que hubiera imaginado, se ve obligada a pedir ayuda a su mejor amigo. Demily. No soy dueña de mentes criminales, solo utilizo sus personajes por...