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02:28 de la madrugada, y ahí estaba nuevamente. Llorando. Riendo. Pronunciando palabras que no podía entender. Intentando besarme. Gritando que me amaba.
Jinhwan estaba tan borracho que llegaba a dar pena, y el olor a alcohol y sudor estaba impregnado a su ropa.

—Está muy borracho, hyung. — dije mientras pasaba mis manos por mi pelo con impaciencia. No me gustaban para nada este tipo de situaciones.

—¿Borracho? ¡No, Junhoe! ¡Yo te amo! — gritó y se colgó de mis hombros.

—Ok, está muy mal. Creo que será mejor que vaya a su casa.

—Oh... ¿Vas a dejarme ir solo a casa? — rió tontamente. — ¡Es tan tarde! Y yo estoy tan borracho.

—Hyung, ¿por qué se hace esto? ¿Por qué se castiga así? Esa bebida le hace tan mal, mírese.

—¡No estoy borracho, Junhoe! — él jugaba con mi pelo mientras yo lo miraba seriamente. — Te ves hermoso cuando estás enojado.

—Voy a llamar a Donghyuk. — susurré, sacando mi celular del bolsillo de mi pantalón y desbloqueándolo. — Él va a venir a buscarte.

—¡No! — gritó. — ¡Yo prometo que me voy si me besás!

—Ah... Hyung... — me quejé.

—Es sólo un beso, ¿sí?

Lo miré seriamente para luego desviar la mirada, pensando en todas las consecuencias, pero también teniendo en cuenta que la única manera de que Jinhwan se fuera era dándole un beso. Cuando él quiere algo, no desiste hasta conseguirlo.

Llevé mi mano a su nuca y lo empujé hacia mis labios, dándole un beso que no duró más de cinco segundos. Pensé que eso era suficiente para un Jinhwan borracho, oliendo a tequila y vodka, pero estaba equivocado. De repente, él se enderezó, quedando totalmente quieto, lo cual causó que me confundiera, ¿no estaba borracho?

—Junhoe, te amo. — sí, está borracho. — Quiero que me des un beso de verdad, quiero sentir tus manos en mi cuerpo. ¡Quiero que me cojas, por favor! ¡Quiero tener marcas en mi cuerpo y que todas sean hechas por vos! ¡Por favor, Junhoe!

Me alejé de él, asustado y sorprendido por lo que había dicho. Lo agarré de los hombros cuando intentó besarme nuevamente.
Hoy debió haber tomado mucho más de lo normal ya que él no suele pedir nada más allá que besos, abrazos y tonterías.

—Wow... vos estás muy mal. — susurré, olvidando usar honoríficos debido a la sorpresa.

—¡Junhoe! — gimió mi nombre mientras seguía intentando besarme, y entonces se desmayó, cayendo al piso.

—¡Aish, Jinhwan-hyung! — gruñí y lo levanté para llevarlo dentro de mi casa. — Detesto sus borracheras.

Lo acosté en el sillón y luego él se acurrucó.
Fui a mi cuarto para agarrar una almohada y una manta, y gentilmente los puse para que Jinhwan no se despertara con dolores por haber dormido en ese sillón tan incómodo.

Me senté en la mesa de centro frente a él y lo observé. ¿Cómo Jinhwan podía beber tanto como para venir a mi casa y declararse a los gritos? Bueno, esta no era la primera vez. Él siempre bebe lo suficiente como para tener el coraje de decirme todas esas cosas, pero pasa los días siguientes muriendo de vergüenza por las pocas cosas que recuerda. Pero luego de unos días, el pudor desaparece nuevamente y el ciclo se repite.

—Junhoe... — susurró mi nombre mientras se removía en el sillón.

Respiré profundamente para luego levantarme e ir a mi cuarto. Lo mejor que podía hacer era tomar una ducha, ignorar el hecho de que Jinhwan había tomado hasta no poder más e irme a dormir.

drunk;; junhwanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora