Mentirosos

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¿Hay alguien en tu vida a quien en verdad odies? ¿Alguien por quien darías cualquier cosa por hacerle daño? Esas fueron las preguntas que el psicólogo me hizo hace unos días y ahora estoy condenado a vivir deambulando en una horrible ciudad por toda la eternidad.

Déjenme contarles lo que me pasó; me llamo Daniel J. Pierce, vivo en Minnesota (E.U.A) y sufro de un problema del corazón. Suelo desmayarme cuando hago ejercicio y a veces cuando no. Soy estudiante de arquitectura en la Universidad de Hamline. Normalmente todos en mi clase me molestan por ese problema que tengo, me dicen cosas como "Bello Durmiente" o "Anciano".

Nada de eso me molesta es más, eso ya forma parte de mi día; lo único, mejor dicho, el único hombre que me saca de mis casillas se llama Ben Gates; si me desmayo cuando él está cerca, siempre despierto a 10 millas de mi casa o de la Universidad. Es la persona a la que más odio. Por consiguiente mis padres me dijeron que fuera a un psicólogo para que me dijera como tratar con estas personas; por supuesto que fui; ya estaba hasta la coronilla de Ben.

Cuando llegue, el psicólogo me ofreció algo de tomar y me paso a la sala de terapia. Adentro le conté todo lo que pasaba; durante la primera hora se quedo pensando y en la segunda por fin me pregunto algo:

-¿En verdad odias tanto a ese tal Ben?-.

-Sí, daría lo que sea porque le ocurriera algo-. Conteste.

-Entonces deberías ir a la Ciudad sin Luz-. Me dijo en un tono un poco más serio.

-La Ciudad sin luz ¿Qué c**o es eso?-.

-Lamento decirte que eso no te lo puedo contar yo, lo tendrás que averiguar tú, lo único que puedo si decirte es como llegar ahí-.

Escuche con mucha atención, los pasos eran bastante simples pero un poco macabros; al salir del consultorio, pensé dos veces si entraría a aquella ciudad. De repente, una ola de recuerdos atacó mi cabeza; todos eran sobre lo que Ben me hizo pasar; después de ese ataque, corrí hacia el callejón más oscuro de la ciudad que no estaba a más de una cuadra de distancia. Me fui a lo más profundo del callejón, cerré los ojos lo más fuerte que pude y repetí varias veces las palabras

"Cuidad sin Luz"

Segundos después, una serie de imágenes un poco perturbadoras empezaron a aparecer en mi mente; estuve un minuto soportando estas imágenes cuando de repente, todo se volvió oscuridad y silencio; los autos habían desaparecido junto con toda la gente.

Todo estaba bastante oscuro, no se veía una m****a; salí del callejón y me dirigí hacia la zona pobre de la ciudad tal como me dijo el psicólogo, también me dijo que evitara todo tipo de ruidos. Cuando llegue a la zona fea, encontré un pequeño niño que desprendía una tenue luz, estaba de espaldas.

Estaba un poco confundido, puesto que el psicólogo no menciono ningún niño; me acerque lentamente a él y le toque el hombro, el volteo tan rápido que me caí hacia atrás por el susto. El niño no era normal, era más bajo que un chamaco cualquiera, pero lo peor era que no tenía ojos. El niño abrió los brazos y pregunto:

-¿Te gustaría compartir tu luz conmigo?-.

El niño era raro, parecía loco así que conteste que si por caridad. El niño se trepo en mi espalda y subió hasta mi cabeza, luego tomo mi ojo derecho y lo jalo hasta que se desprendiera del nervio que lo mantenía en su lugar.

-¡¿Pero qué c*****s te pasa?!-. Grite enfurecido.

El niño bajo velozmente de mí y desapareció de mi vista; lo más raro fue que el dolor desapareció con el niño. Intente seguir al escuincle pero ya estaba muy lejos así que seguí caminando.

Unos minutos después, topé con un hombre bastante alto parecía un jugador de basquetbol profesional; el hombre se acerco a mí y pregunto:

-¿La luz de quien deseas tomar?-.

-La de Ben Gates-. Contesté emocionado.

El hombre alto metió la mano en su bolsillo y saco un papelito arrugado, luego extendió la mano y me dijo que lo tomara. Lo agarre y lo abrí rápidamente, el papelito decía:

"Ben Gates"

El hombre dijo unas palabras raras y después me dijo:

-El señor Ben Gates ha perdido la vista, ¿Tu odio ya ha sido satisfecho?-.

Por supuesto que no, Ben merece algo peor que perder la vista.

-NO-. Le dije a la cara.

El hombre se desvaneció en la oscuridad después de escuchar mi respuesta. Seguí caminando otro rato hasta que volví a topar con el niño. Supuse que el niño me devolvería el ojo, pero no; sino que volvió a preguntar lo mismo:

-¿Te gustaría compartir tu luz conmigo?-.

-Si- Contesté decidido.

El niño se volvió a trepar en mi espalda pero en vez de arrancarme el ojo derecho, arranco el izquierdo. Ahora estaba completamente ciego. Escuche los pasos del niño alejarse pero ahora ya no lo intente seguir. Me quede parado ahí, esperando. Empecé a escuchar pasos acercarse, no me moví, me quede parado. Los pasos se detuvieron frente a mí. Supuse que era el hombre gigante pero descarte esa idea cuando escuche una voz más grave que la de aquel hombre. Esta voz me pregunto:

-¿La vida de quién deseas que la oscuridad reclame?

-La de Ben Gates volví a decir.-

Esta vez, una imagen apareció en mi cabeza; era Ben, estaba tendido en el suelo con las tripas de fuera y sus ojos estaban colgando del nervio que los sostenía.

Luego otra imagen apareció pero esta era de un periódico local que le llegaba a mi padre diariamente, este decía:

"Adolecente de 21 años es encontrado muerto en un callejón cerca de Universal Drive, Minnesota."

"Parece que perdió ambos ojos pero la policía no puede demostrar que fue homicidio ya que no hay marcas de forcejeo ni cortadas hechas con navaja, solo se encontró un papel que decía Ben Gates"

A partir de ese día, deambulo por la Ciudad sin Luz en busca de alguien que pueda ayudarme.

Si algún día se te ocurre venir a visitarnos, mejorpiénsalo dos veces...     

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