La comida, un problema

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Empezemos, yo era una niña normal que siempre comía todo lo que me daban, empezando por un trozito de lechuga hasta un platazo de patatas fritas y un bistec. Pero algo cambió,en ese momento no me di cuenta, con el paso del tiempo escuchaba unas voces que cada vez gritaban más y más fuerte. Las odiaba, cada día las tenía que soportar, yo actuaba como si no existieran, pensaba que eran imaginaciones mías, pero nunca se hiban. Ellas me decían que no me comiera un helado aunque tuviera unas ganas inmensas de comermelo. Yo empecé a dejar de comer carne, decía que era vegetariana porque eso era lo más creible que se me ocurría en aquel momento (las voces me decían que si comía un trozito de carne engordaria y no podría ni pasar por la puerta). Desde ese punto me alimentaba de verdura y en muchas ocasiones intentaba despistar a las voces para comerme un helado, crusan, donut, magdalena, lo que fuera, pero ellas siempre estaban alerta y me advertían, yo les hacía caso.

En esos momentos yo lo pasaba muy mal porque no podía degustar las cosas más exquisitas que había podido probar nunca.

Cada vez estaba más delgada pero yo no lo veia, mis voces me decían que estaba perfecta y para estarlo aún más decidí no comer verdura, solo fruta. Mis padres se preocupaban mucho porque no les hacía caso, cada día a la hora de comer me observaban y siempre se decepcionaban al ver que no hacia progresos.

Un día, me acuerdo que estabamos en un centro comercial y mis padres me dijeron muchas veces que me comiera un helado y yo empecé a llorar porque mis voces me estaban molestando y ya no podía más con ese dolor de cabeza (en aquel entonces yo tenía unos diez años).

"Saldremos juntos de esto"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora