B r o k e n | Larry Stylinson

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Louis.

A pasado un año desde la última vez que te vi.

Un año desde aquel día en que dejaste de ser mío.

Un año desde aquel día que te perdí.

Las lágrimas en mis ojos se han evaporado, las lágrimas en los ojos de mis hijos se han idó lentamente.

Todos aprendimos a perdonarnos por haber hecho lo que hicimos y si bien sé que posiblemente esto no te interesé debido a tu nueva vida.

Cada día que pasa rezó a dios, un ángel o cualquier ser celestial existente o no, porque te traiga de regreso conmigo. Porque vuelvas a casa. Porque en este último año sin ti me di cuenta de que sin ti estoy roto. Y no solo yo. Nuestro hogar lo esta y mis hijos también.

Te amo desde aquel día en el patio de la primaria cuando Lottie te empujo por una de sus rabietas y caíste encima del niño marginado.
Al niño marginado al que le extendiste tu mano en todo momento. Al niño que nunca dejaste solo. Al niño que siempre protegiste y al cual siempre llenaste de amor. Al niño que ayudaste a salir adelante junto a sus hijos. Al niño que te falló una y otra vez y aún así decidiste darle la oportunidad de estar contigo. Al niño que se convirtió en hombre a tu lado y que desde siempre te ha amado.

La última vez que te vi, Matty y tú lucían tan felices y sé que es egoísta de mi parte pero Lou, mi amor, vuelve a mi cariño. El barco y la brújula fueron creados para complementarse. La daga y la rosa no tienen sentido la una sin la otra.
Quiero dejar de ser aquel barco a la deriva sin rumbo fijó del cual te alejaste.
Quiero que tú seas mi brújula y juntos salgamos a floté contra cualquier corriente y contra cualquier fuerza que intente derrumbarnos.
Quiero volver a obtener mi medicina de ti, porque sin ti me di cuenta de que podría morir. Ambos somos necios, lo sé, pero ¿No el amor perfecto nace de lo imperfecto?

Tarde un año para sanar, tarde un año en decidir si dejarte ir o intentar una vez más enviarte esto a través de tu hermana con el mismo éxito fallido de la última vez.

El amor por sobre todo gana, cariño. Y aquí estoy.

Rezando y rogando que sigas igual de pérdida mente enamorado de mi, como yo lo estoy de ti mi dulce criatura.

Te necesito demasiado. Tú eres el único que puede traerme a casa.

Te amé, te amo y te amaré por siempre.

Con amor, H. X