revelaciones y dolor

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Le pelirrosa retrocedió un paso asustada, mas no fue demasiado rápida y el revés de la mano de su patrón se estrello con fuerza contra su mejilla. No fue una cacheta, fue algo mas doloroso y duro y su cuerpo cayo al suelo con fuerza por el impacto. Ese hombre tenía fuerza. Sus ojos se cristalizaron y su mano fue de inmediato a su mejilla lastimada.

-es ahí donde debes estar arrastrada -exclamo despectivamente- y ni pienses en atrapar a mi hijo por que lo lamentarás muchacha, lo lamentarás...-exclamo al tiempo que le daba la espalda- eres una puta, igual que tu tía...-soltó antes de desaparecer frente a sus ojos-

Y ella se quedo allí, tirada en el suelo, con las lágrimas resbalando por sus mejillas y con una única frase resonando en su cabeza...

Eres una puta, igual que tu tía.

Cerro los ojos con fuerza y un jadeo de rabia escapo de sus labios, por el golpe y por sobre todo por como la había llamado. Ella no era como su tía, ella jamás sería como ella. Su mano se deslizo por su mejilla y su boca, y entonces noto algo cálido allí, confundida paso la mano y cuando la alejo para ver de que se trataba se dio cuenta de que era su sangre, le había roto el labio.

-e-esto...-balbuceo con la voz temblorosa-

Sin esperar mas, y procurando borrar aquello, paso la manga de su camisa por allí, manchando a la misma con la sangre que salía de su labio. Volvió a repetir el mismo acto un par de veces, hasta que finalmente la sangre era casi inexistente, entonces recién en ese momento se puso de pie, y se apoyo en una de la paredes para no perder el equilibrio. Había sido un golpe duro y sin embargo no era aquello lo que le dolía, le dolían aquellas palabras.

Ella no era como Kasa.

¿O si lo era?

Kasa era...Kasa no era una buena persona. Ella estaba con el señor Fugaku, y lo hacían frente a su patrona, pero ella no era así. Ella jamás haría algo así, ella jamás se rebajaría a aquello. Sus ojos se cerraron con fuerza y las lagrimas comenzaron a resbalar por sus mejillas, lagrimas de impotencia y rabia, mientras que su cuerpo continuaba recargado en la pared. Él joven Sasuke la había besado, eso era cierto, pero no por eso era una puta ¡no, no, y no! ¿Por que siempre tenía que llamarla así? El señor Fugaku no era el único que se lo había dicho, Kasa también, y en su pueblo...en su pueblo también lo hacían. Había creído que todo era culpa de su madre, Sania, pues ella si era...ella era una prostituta, pero ahora también se lo decía su patrón, y entonces comenzaba a comprender que el problema era ella. Claro que siempre supo que algo no andaba bien en ella, pero ahora ese pensamiento cobraba mayor complejidad y grado.

-y-yo no s-soy así -murmuro con la voz quebrada-

Continuo llorando unos pocos segundos mas, pero después dándose cuenta de que su patrón, el joven Sasuke, podría aparecer en cualquier momento intento controlarse. No quería que él la viera llorar. No quería que nadie la viera llorar. Se seco las lagrimas con rapidez e intento pensar en otras cosas, pero aquello era algo difícil puesto que no tenía otras cosas en las cuales pensar.

-señorita Haruno -llamo alguien a sus espaldas-

Dio un respingo de la sorpresa al oír aquella voz. Había estado tan metida en sus pensamientos que no se había dado cuenta de que un alguacil se había acercado a ella. Antes de dar la vuelta para mirarlo, volvió a secar sus lagrimas y dio un suspiro.

Inocencia Robada (Sasusaku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora