"El mundo está enfadado. Las personas están nerviosas y de mala leche. Casi parece como si toda la tensión se generase en el suelo y se pasara a las personas. Cuando acumulas tensión en el cuerpo no te das cuenta hasta que la sacas toda de golpe. Tienes tensión en las articulaciones, y justo cuando el masajista te estruja en esa parte concreta todo lo malo sale para fuera a través de sus manos. Pero hay cosas más grandes, que no somos capaces de ver. Nos odiamos entre nosotros, respiramos el humo de los coches, el tabaco y las fabricas y todo nos da asco. Vemos tantas caras perdidas como nosotros, en un mundo de mierda y odio. Crecemos para hacer crecer el odio que lo riega todo. Estás de mal humor, aguantas y aguantas hasta que te tiras a esa tía, y todo lo malo te sale por el pene, pero le entra a ella. El mal pasa de un lado a otro, esa chica se alimenta de tu malestar para que tu puedas perder el tuyo. Hay pocas cosas que ayuden a destruirlo, y no sirven de mucho. Sales a la calle y vuelves a empaparte de peste invisible.
Veo el mundo negro. No es que esté mal, no es que no pueda ser feliz, pero me doy cuenta de cosas horribles que nadie ve. Estoy aprendiendo mucho, Segismundo. Pero nada lo aprendo por mi mismo, ni siquiera tengo pensamiento propio. Veo las cosas porque alguien me las mete en la cabeza, veo el mundo a través de los ojos de otra persona. Un ser inmenso e increíble que ni siquiera puedo imaginar. Yo creía saberlo todo porque escucho al narrador de esta historia cuando habla, pero ni si quiera él sabe las cosas que yo sé.
El mundo asqueroso que yo veo no es el mundo que tu ves, no es tampoco el que yo veo con mis ojos físicos. Veo a través de un chico de 18 años que piensa demasiado en las cosas, que las escribe. Y voy a demostrártelo, enserio, tengo el poder del conocimiento, soy lo más parecido que nunca vas a conocer a este ser que he visto en sueños.
Esto es malo en parte. Nunca conoceremos el placer más allá de la perspectiva pensada que tiene de placer. Nunca nos hemos tirado a una mujer, Segismundo Medina, solo hemos vivido la descripción de sus emociones al hacerlo. Se que cuesta de entender, pero es verdad, lo estoy viendo todo ahora mismo. Tu, Sara o incluso el narrador de esta historia, también yo. Somos títeres en una historia que solo sirve para plasmar la imagen del mundo de un chico de 18 años.
También puede ser bueno. Nunca moriremos, en parte porque no estamos vivos exactamente. Por otra parte también porque nuestra vida se basa en el pensamiento de otros. El pensamiento de esos quienes leen (Imaginadme, por favor, seguid leyéndome, no quiero morir todavía).
Sé que no me crees, pero te lo enseñaré esta noche, vamos a dormir, por favor. Y esto va para todos. El mundo va a dormir, y cuando despierte solo quedaremos tú, yo y el narrador de esta historia sinsentido".
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Monólogos de Diego Clavero
RandomQueda aqui presente el primer monólogo de Diego Clavero que permito mostrar de un modo u otro al mundo. No me importa quien lo lea, no me importa quien no. Bienvenidos los pocos desgraciados capaces de llegar hasta aqui y leerse mis escritos. A ravé...