Monólogo de Diego Clavero 1º

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"El placer, al igual que otras emociones como el dolor, está atado muy de cerca al tiempo. No hay nada que podamos sentir más o menos sin que el tiempo tenga algo que ver. Algunos ejemplos de ello son muy simples de observar. El dolor más intenso cuando te hieres lo sientes al principio, justo después de la caída. Este tiempo, por más corto que sea en relación al tiempo de recuperación, es el que resulta más largo para tu conciencia. Se hace interminable mientras sangras a borbotones como si tu pierna hubiese decidido de repente que quiere ser una manguera. Cuando ya ha salido la costra duele menos, pero desde nuestro punto de vista pasa más deprisa. Cuando mejor estás en tu mente más se distorsiona el tiempo también. El placer más grande se reproduce en forma de detención. Al punto más alto del orgasmo, cuando estás entre las piernas de esa persona especial, tu tiempo se rompe. Y de hecho se detiene. Todos tus problemas se marchan. No recuerdas el dolor de garganta, ni el mal rollo que tienes con tu amigo, ni el examen de la semana que viene. No hay nada, solo placer y un reloj detenido. Cuando este momento infinito se marcha (por sinsentido que suene eso), tu mente comienza a percibir poco a poco la realidad temporal como lo haces siempre. Poco a poco los segundos se juntan en minutos y cuando estos se vuelven horas ya ni te acuerdas que por un momento has sido inmortal. El dolor de garganta también regresa y aquí vemos otra cosa curiosa e indispensable: 'Mientras las emociones viven en el mundo del tiempo, la materia vive a la vez en el mundo del espacio. No puede existir uno sin el otro'. Sabiendo eso puedes darte cuenta que la muerte no es más que una ilusión, al igual que la vida. Todo tiene relación con la perspectiva que tengas de estos dos mundos. Un hombre viviendo una guerra con un balazo metido en la rodilla arrastrándose por una trinchera a brazos de su amigo, el que ha perdido un brazo, tiene una visión del mundo diferente a la que tienes mientras lees este libro..."

-Espera, ¿Qué? -dice Segismundo todavía sujetándose la bolsa de hielo en la cabeza.

"...Su estado total de dolor no le permite asimilar el tiempo de forma correcta. De todos modos, un hombre que hace el amor cada semana con alguien que ama más que a su propia vida también tiene el mundo del tiempo distorsionado. ¿Y si la realidad son una mezcla de perspectivas? ¿Cuál es el reloj correcto? ¿Será inmortal por un momento el jaguar que corre detrás de su presa? Pero recuerda, si no fuera por el espacio no serias capaz de darte cuenta. Si no tuvieras cosas que tocar, heridas que llorar u orgasmos que tener no serias capaz de sentir el tiempo."

-Diego, ¿cuántos años tienes?

-Ahí mi querido amigo, después de todo este tiempo, me has hecho la pregunta más inteligente de todas. Bravo. 

Monólogos de Diego ClaveroWhere stories live. Discover now