Se incendia la casa

Hace poco me comentaste que hace mucho no escribía, que no me leias a escondidas porque no habían secretitos encontrados por la web. Y es que conforme pasa el tiempo me vas adiestrando, me enseñas a demostrar con carne y hueso, con mi piel y tu piel. Entonces siento que de repente me entendes un monton, sabes todo lo que quiero que sepas, replicas como un espejo en loop la energía que tengo.

Pero ayer pensaba un poco y hay algo que me da vueltas en la cabeza, que me explicaste pero yo no pude entender del todo, ni tampoco se como decirtelo, por eso recurro una vez más a lo que una vez fue mi medio de comunicación con vos.

Y resulta que me acordé repentinamente de un cuentito que el señor Eduardo y mi profesora de literatura me regalaron hace unos años, un cuento que me parecía muy lindo, hasta que lo proyecte en vos. Y ahí cambio, ahí lo entendí a Eduardo, entendí lo que mi profesora nos quería hacer sentir en ese día.

"El mundo" se titula ese conjunto de palabras que ahora me hacen pensar en vos y trata de que aparentemente un tipo de quien sabe donde comentaba que todos somos un fueguito. Que arde mas, que arde menos.

Por algún motivo eso fue lo que necesitaba para entender al fin. Porque capaz éramos dos fueguitos medio apagados por que el ambiente que nos rodeaba no nos avivaba, pero milagrosamente una chispa mía encendió tanto el fuego en vos que terminaste iluminando todo e indiscutiblemente, a mi que estaba por ahí cerca, me encendiste de pies a cabeza para siempre.