➳ᴄʜʀɪꜱᴛᴍᴀꜱ ᴅᴀᴅ → chanbaek

1.

—Jongin, siéntate aquí.

El bebé de tres años gimoteó, tratando de quitarse el cinturón de seguridad.

—¡Sehun, deja de comer eso!

El mellizo de Jongin lo miró con ojos muy abiertos y sonrió con picardía cuando se tragó los pedazos de servilleta de papel que Chanyeol usualmente utilizaba para limpiar las manos y rostros de sus dos pequeños.

Sentó al pequeño Sehun al lado de su hermano y ambos comenzaron a pelear inmediatamente por el paquete de servilletas.

Chanyeol suspiró con cansancio y les quitó el paquete, mirándolos de mala manera.

—Papá malo —soltó Jongin con enojo, haciendo un puchero demasiado adorable y frunciendo sus pequeñas cejas.

—Papá tonto —siguió Sehun estirando sus labios y cruzando sus brazos.

Chanyeol sonrió divertido negando con su cabeza y después de asegurarse de que los niños estaban bien sentados con sus respectivos cinturones y demás, cerró la puerta y se dirigió al asiento para emprender el viaje.

Navidad estaba muy cerca y esta vez era su turno de organizar la cena en su casa con su familia y amigos más cercanos.

Claramente no tenía idea de cómo se hacía eso, pero suponía que era fácil, ¿no?

Encendió el vehículo, colocando música infantil a su vez mientras tarareaba la canción "baby shark".

Sehun miraba curioso por la ventana del auto mientras que Jongin movía sus manitos al ritmo de la canción.

Las calles estaban atestadas debido al tráfico, era muy obvio que las fiestas de fin de año estaban más que cerca y eso ponía a todos con los pelos de punta, no sólo por el frío.

Frenó ante el semáforo en rojo y miró a sus pequeños por el espejo retrovisor.

Lanzó una sonrisa al verlos con esos gorros que les había comprado aquella vez que fueron a la tienda de ropa.

Sehun había elegido el de lobo porque anteriormente había visto una película sobre ellos con su padre y le habían fascinado. Por otra parte, Jongin escogió uno de oso, ya que su mejor amigo era un pequeño oso de peluche color marrón oscuro que llevaba a todas partes.

Chanyeol frunció el ceño después.

—¿Qué estás haciendo, Sehun?

El pequeño se sobresaltó y escondió sus manitos detrás de su espalda sonriendo con inocencia.

—No puedes abrir la puerta mientras el coche está andando —le dijo —Podrías caerte y hacerte daño.

El pequeño rodó los ojos y se asustó cuando su hermano gritó con emoción.

—¡Muchos colores! —exclamó Jongin ansioso con su rostro pegado a la ventana mientras el vehículo se adentraba a una de las más concurrentes calles de Seúl.

Todo estaba decorado al estilo navideño, luces de todos los colores o rojo y verde a lo tradicional. Villancicos, árboles de navidad, personas disfrazadas de Santa Claus y muñecos de éste en todas las tiendas.

Los ojos de ambos niños se habían llenado de brillo y emoción al ver algo tan fantástico en tal época del año.

—¡Vamos, vamos! —rogaba Jongin mirando a su padre y luego lo que había al otro lado de la ventana del auto.

—¡Papá, vamos ahí! —pidió ahora Sehun con el mismo entusiasmo.

—Ahora vamos, ahora vamos —tranquilizó Chanyeol aparcando a un lado.