Capítulo 1

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PRÓXIMAMENTE A LA VENTA.
SOLO UN CAPÍTULO DE MUESTRA.
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Emma miraba los últimos mensajes de su móvil, mientras el ascensor bajaba hasta la entrada del edificio. Había quedado con sus amigas en un restaurante un tanto glamuroso. Habían acordado aquel día para celebrar que su amiga Leia iba a casarse, la noticia les sorprendió cuando aquella les relato la pedida de mano. Su futuro esposo Enzo y ella se conocían hacía poco, pero ¿Quién era ella para recriminar nada?

Salió disparada del edificio, aliviada por haber acabado la jornada de trabajo, aunque llegaría unos minutos tarde. A sus amigas no les importaba, ya que entendían la situación. Camino deprisa hasta su coche, se introdujo en él y comenzó a conducir hasta el restaurante.

El restaurante desprendía glamur donde miraras, tenía unas enormes cristaleras y una gran puerta del mismo material. Su interior era cálido, el color blanco y dorado se repartía por toda la estancia. Dio su nombre a la chica que estaba en la entrada y la acompaño hasta la mesa donde encontraría a sus amigas.

─Hola chicas. ─Se acercó hasta la mesa con una sonrisa.

─ ¡Emma! ─Le saludaron al unísono.

Charlaban sin cesar, la futura novia narraba con detalle la preparación de la boda. Todas asentían con la cabeza. Parecía feliz pensó Emma, esperaba que no fuera demasiado rápido con aquel hombre que había conocido poco tiempo atrás, aún no lo conocían. Leia restaba importancia al asunto, pues se defendía ya que por asuntos de trabajo tuvo que realizar varios viajes, la boda estaba muy próxima y debía cerrar cada asunto.

─Bueno, ¿Dónde iremos después? ¡Hay que celebrarlo! ─Pronunció Mia.

─Solo piensas en beber... ─Valeria puso los ojos en blanco.

Ambas comenzaron a discutir entre risas, siempre estaban igual, a Mia le encantaba salir a beber, no la culpo, con veintisiete años solo quería disfrutar un poco de la vida. Valeria sin embargo era más de comidas, cenas, cine... a diferencia de la poca edad que ambas se llevaban, pues esta tenía veintinueve años.

─ ¡Basta! Iremos a tomar unas copas. ─Leia puso fin a la conversación.

Las tres chicas la miraron con atención, esta se encogió de hombros. No le gustaba ver a sus amigas discutir, además por unas copas no pasaría nada.

─ ¿Dónde vamos? ─Pregunto Emma observándolas.

─ ¿Qué os parece la disco que está al final de esta calle? Hablan bastante bien de ella. La inauguraron hace solo unos meses.

─Vale. ─Respondieron todas a la vez.

Caminaban por las calles dirección al local, la oscuridad poco a poco se hacía paso. Accedieron y pidieron unas copas. Se acomodaron en unos sillones negros que habían cerca de la barra, en el centro descansaba una mesa del mismo color.

─Pues no está nada mal. ─Soltó Valeria.

─ ¡Os lo dije! ─Chillo eufórica Mia.

Comenzaron a beber, copa tras copa, Emma decidió divertirse con todas, cogería un taxi para volver a casa, decidió que al día siguiente iría a por su coche. Se animaron a bailar, movían sus caderas al son de la música.

Tras varias horas de diversión, agotadas, decidieron que era la hora de marcharse. Salieron al exterior en busca de algún taxi. Eligieron uno que conducía un señor mayor. Todas corrieron a sentarse detrás, de modo que como casi siempre que ocurría, Emma no tuvo elección y se montó de copiloto. Las fulminó con la mirada, pero iba un tanto bebida para reprocharles nada. Tenían una norma tonta que hacía años habían establecido. Quien montara delante, tendría que darle indicaciones al taxista para ir dejándolas en casa a cada una, siendo esta la última. Las de detrás, podían incluso echar una cabezadita.

Quédate conmigo © [A la venta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora