~Prólogo~

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Esta es mi realidad.

Algo de lo que no estoy muy orgullosa.

En mi piel solo había marcas.

Y en mi mente también.

Marcas que estoy orgullosa de decir que yo no hice, pero las tengo...

Y la persona que las hizo no se preocupo por borrarlas, llenandome de pura lastima hacia ella.

¿Como puede alguien no sentir ni un poco de pena por ti? Siendo que estabas destinado a ser amado por la misma...

Y si, lastima.

Le tengo lastima porque a pesar de tener ojos, es ciega.

A pesar de tener oídos, es sorda.

Porque a pesar de tener una mente para pensar, solo le importa una cosa, y no soy yo...

Solo que, si sabe como usar sus labios, pero para nada mas que insultos, no cariños.

Sabe como usar sus manos, nada mas que para golpes, no caricias.

Absolutamente todas las personas que se cruzaron en mi camino, acabaron descepcionandome. Y al momento en que se fueron, ni siquiera voltearon a verme en mi miseria...

Cuando al fin me di cuenta, era tarde. Yo ya no dejaría a entrar a nadie.

Soy como un huevo, con una cáscara que no deja ver en mi interior, y es muy difícil romper con tus manos. Pero si la golpeas contra algo, se rompe...

Pero un día, lo encontré. Algo que parecía servir, y efectivamente, tenia razón.

La única persona que en verdad se preocupo por mi, y que enserio me amo, a pesar de sus limites físicos.

Esa persona, la única que amo y estoy segura amare.

Tuvo la idea de darme mi libertad.

Plasmada en un pedazo de papel insignificante, y a su vez... valioso.

No era mucho. Pero si suficiente para rehacerme una vida.

Y el lo sabia...

Era el boleto a mi libertad.

Parece que el momento que decidió caer en mis manos, era el momento mas indicado o mejor dicho...

Era el día.

Era el día de mi cumpleaños. Al igual que el día que tuve la oportunidad de ser libre. Y definitivamente...

El mejor día de mi existencia.

Y la razón de este día, se fue.

Un día antes de mi partida, se fue, para ya no volver.

Pareciera que se fue para no detenerme y simplemente, largarme de las garras de mi infelicidad.

Se fue la razón por la que estoy viva, aunque no feliz.

Pero gracias a él estaba viva.

Porque él era la única razón por la cual yo no dejaría el mundo, porque se que si él se hubiera ido antes, yo lo acompañaría ahora mismo en el cielo...

Pero justo ahora, tengo algo que es mejor que morir.

Aunque yo nunca he tenido una vida realmente, tal vez yo ya estaba muerta.

Pero se supone que en la muerte dejas de sufrir, ¿no?

Tal vez solo me sentía muerta, porque no tenia ninguna razón para seguir.

Solo él.

Y sabia que si me iba hacia mi libertad, él era el único que podría detenerme.

Pero ahora que se fue, no tengo razón para quedarme...

Our Wish || H.S ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora