Capítulo I

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Por su naturaleza, Kyungsoo era un muchacho inteligente y curioso más que cualquier persona de su edad. Si lo queríamos llamar único en su clas estábamos en todo nuestro derecho. Desde niño, siempre se la pasaba encerrado en las bibliotecas leyendo libros que usualmente un adulto ocuparía para pasar el rato. Cuando fue por primera vez de excursión con su salón de clases, descubrió otro de sus pasatiempos. Explorar la naturaleza. Estaba en sus venas saber todo sobre la flora y fauna. El mundo era demasiado grande y misterioso, siempre había algo nuevo que descubrir y Kyungsoo amaba aquello.  Sin embargo, la luz que era Kyungsoo se fue apagando conforme el tiempo pasó. Su belleza, inteligencia e imparable curiosidad seguía ahí, pero eran acompañadas con la soledad, tristeza y temor.

Cada mañana se repetía que era nuevo día, un nuevo comienzo, sólo que Kyungsoo no quería decirle a su madre que había tenido un día de mierda una vez más. Estaba cursando su último año en la universidad, así que estaba en la obligación diaria de salir a buscar un trabajo, pero el mercado laboral le exigía tener experiencia.

¿Cómo iba a obtener experiencia si era su primera vez saliendo al campo laboral y ya le pedían tener experiencia previa? ¿Cuál era su lógica?

Todos los días vestía formal y su maletín con decenas de sus currículum vitae siempre estaban listos para ser rechazados una vez más.

Así empezaba sus días, usando un traje negro y viejo que guardaba las apariencias haciéndolo ver ligeramente profesional para su rubro. Un café amargo con poca azúcar y esa sonrisa fingida pese a que le dirán que no.

Los días terminaban más rápido de lo que él mismo esperaba.

Corporativos tras corporativo le miraban de mala manera, un muchacho más que quería una oportunidad, pero que era insuficiente para ellos. Con un "Gracias, estaremos en contacto", terminaban la conversación. No importaba que tanto Kyungsoo les sonriera y mostrara sus excelentes notas en la universidad, siempre había alguien más con mejores notas y experiencia. Estaba jodido.

Se quedó por unos largos minutos tras los chorros de agua tibia que trataban de relajar su tan tenso cuerpo. Sus pensamientos iban más allá de lo acostumbrado, era horrible ser él, eso lo tenía claro.

No atreviéndose a bajar a cenar y decirle a su madre que seguía siendo un desempleado, se metió a la cama a descansar su agotado cuerpo.

Quería un trabajo bien remunerado, vivir solo, darle dinero a su madre y padre temporalmente, también anhelaba un novio. Y sin olvidar que su miserable vida en la universidad fuera mejor. De por sí ya era extraño ser el favorito de los profesores por ser buen alumno para agregar que sus compañeros sabían de su orientación sexual y lo usaban contra él, lanzando ataques cada que tenían oportunidad.

Muchas veces trato de ignorar los insultos y bromas por parte del alumnado, pero cada vez era más duro. Nunca iba a avergonzarse de lo que era, sólo quería algo de calma en su vida y un poco más de respeto. No le agradaba la idea de que siempre estén especulando que se acostaba con los profesores para mantenerse en el tercio superior.

Sus ojos se fueron cerrando, mientras lanzaba un plegaria a cualquier ser milagroso que quisiera escucharlo.

—Desaparecer —pidió —. Sólo quiero dormir 18 horas al día, comer y ser amado.

Mientras Kyungsoo caía dormido, el destino se reía de él, era como si le lanzaba una descarada sonrisa de autosuficiencia, claro en el caso hipotético que pudiera hacerlo.

Kyungsoo nunca debió renegar de su vida. Porque todos tienen su momento. Encontrar un trabajo: si él perseveraba lo encontraría; el departamento seguía después, un aumento de sueldo llegaba sólo gracias al esfuerzo que pondría, y sobre el amor... Su alma gemela se encontraba en la misma ciudad que él esperándolo del mismo modo.

Take a break | Two-shotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora