Capítulo único

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He pasado muchas cosas para llegar hasta aquí, estoy muy nerviosa y este birrete me está asando. No me arrepiento de nada; estoy en mi graduación junto a mis amigos y unos setecientos individuos aproximadamente que jamás me atreví a conocer, también está él, con esa sonrisa estúpida mirándome desde lejos, esperando a que digan su nombre.

El director está haciendo su largo, tedioso y motivacional discurso antes de comenzar la ceremonia, detrás de él, se encuentran todos los maestros con sus mejores galas. Un fotógrafo está plasmando el momento y los medios locales graban el acontecimiento en vivo para las personas que no pudieron asistir, como mi madre que está postrada en cama, recuperándose de una operación.

Al fin cumpliré mi sueño en la universidad central del país, la más reconocida y costosa; mis esfuerzos valieron la pena y pude obtener la beca por la que tanto luché durante años.

—En conclusión estudiantes, no olviden seguir adelante, no se rindan y no busquen problemas —concluyó el mayor mirando a los grupos más problemáticos de mi generación.

Después de eso, empezaron a llamar estudiante por estudiante, le entregaban su diploma y tomaban una fotografía con los maestros.

—Para finalizar este evento, le haremos una llamada especial a una estudiante que rompió con las expectativas, siempre con su asistencia perfecta y puntuaciones excelentes en el trascurso de su estancia aquí, Evelyn Hean —habló el maestro al concluir la entrega de diplomas y reconocimientos.

Todos aplaudieron y mi clase no dejaba de gritar como gato al dar a luz, en parte me sentí avergonzada pero, son mi clase que más podían hacer más que destacar siempre. Johan me miró de nuevo y su grupo comenzó a gritar:

“La novia está entrando”

Yo casi me caigo con este largo e incómodo envoltorio negro y el me sostuvo a unos cinco pasos antes de llegar al podio, entre tanto Jesi, mi ex amiga observó envidiosa e indignada aquel mágico momento.

—Es la última vez que nos veremos busca problemas —recité aún en sus brazos.

—¿Quién dice eso chica de los crayones? —preguntó antes de besarme en frente de todo el auditorio.

Minutos después, respiré ondo y con mi página arrugada lista para ser leída frente a todos, comencé a recordar como empecé la secundaria, nerviosa, inexperta e ingenua; volví en mis cabales, deje el discurso a un lado y dije:

“Iba a decir muchas cosas pero, creo que no es necesario, todos pasamos por esta etapa en que descubrimos quienes somos, hacemos amistades para toda la vida, encontramos el amor y perdemos una que otra amistad. En esta etapa cerramos un ciclo y vamos a iniciar otro, algunos se irán de la ciudad, otros se quedarán, en fin, cada quien va a tomar su camino para seguir creciendo y progresando. ¡Es nuestro último día de secundaria! Nuestro adiós a la adolescencia tan caótica y compleja, en donde una espinilla era como el fin del mundo y un examen era peor que el purgatorio”.

Fin.

Mi último día de secundariaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora