Capítulo 1

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MEGAN'S POV

Era una noche de verano, pero anochecía más rápido de lo que creía. Andando hasta el apartamento de Molly cuando de repente notaba que alguien me seguía. Al darme la vuelta encontré un hombre que parecía estar ebrio ya que se movía de un lado para otro. Al darse cuenta de que lo estaba mirando se acercó, cogiéndome de los brazos, quedándome inmovilizada.

-¡Qué narices crees que estás haciendo! –le dije intentando soltarme. Mientras mi garganta parecía que se desgarraba.

-Cariño, tranquila –dijo sujetándome aún más fuerte- solo vamos a pasar un buen rato –dijo esbozando una sonrisa. ¡Tenía razón! Estaba ebrio ya que su aliento olía a whisky.

-¡Suéltame animal, no quiero ir a ningún sitio contigo! –dije dándole una patada en la entrepierna, pero aún así no me soltaba.

En ese momento, vi una moto negra viniendo hacia nosotros, la verdad me esperaba lo peor, pero el conductor de la moto se bajó al ver que me tenía agarrada.

-¿Necesitas ayuda? O te dejo darle un puñetazo a ese cabrón –vi como se quitaba el casco y un chico de cabello color oscuro y ojos azules con las manos callosas, al parecer de pelear, se dejó ver.

-¿Quién coño eres tú? –dijo el hombre mientras me tiraba para atrás.

-El tío que te va a partir la cara como no la sueltes. –en ese momento se me erizó la piel, y al ver que este desconocido pelearía por mí hizo sacarme una sonrisa.


BRUNO'S POV

Al ver su preciosa sonrisa me dieron más ganas de pegarle hasta que la soltara.

Miré fijamente al borracho que la tenía sujeta y por un momento vi miedo en sus ojos, había descubierto mi punto fuerte, mi mirada.

De repente se acercó a mi e intentó darme un puñetazo, pero para su desgracia lo esquivé y contraataqué con un gancho de derechas, el cual lo tiró al suelo por lo ebrio que estaba.

Desde el suelo intentaba levantarse hasta que ella lo inmovilizó sorprendiéndome, no aparentaba ser tan fuerte. Ella se levantó del suelo y se dirigió a mi moto, la cual estaba aparcada en la esquina.

-¿Dónde crees que vas? –grité, pero pareció no oírme.

Tras un momento conseguí llegar a la moto. Al verme cerca arrancó la moto pero me dio tiempo agarrarla del brazo.

-¿Tienes algún problema? –dijo ella levantándose el casco.

La miré directamente a los ojos... esos ojos color miel que tanto me llamaban la atención.

-No, pero tú lo tendrás si me robas la moto –dije.

-¿Qué yo qué?, robar una moto no ha sido lo peor que he hecho –dijo ella para mi sorpresa.

-¡Ah¡...¿con esas estamos? Dime tu nombre –exigí.

-Tendrías que ganártelo para saberlo –dijo ella con una sonrisa, una preciosa sonrisa.

-Bueno, pues ya que no me vas a decir tu nombre te diré yo el mío, me llamo Bruno. ¿Me devuelves ya mi moto? –dije feliz y con cara traviesa.

-¿Y si no qué? –me retó. Esta chica me va a volver loco.

Me subí a la moto y le dije agarrándola de la cintura:

-Bueno... pues conduces tú.

Ella arrancó y estuvimos dando vueltas hasta que pasó por mi calle.

-¡Este es mi apartamento! ¿dónde vives tú? –pregunté, decepcionado por haber llegado.

-No tengo donde ir –dijo ella para mi sorpresa.

-¿Quieres subir y tomarnos algo? –le pregunté.

Ella dudo pero al final accedió, y subimos arriba.



Los secretos más agridulcesWhere stories live. Discover now