Invadir el cielo

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—Cuando Dios mandó el Diluvio, dijo que la próxima vez, dejaría que nosotros nos encargáramos del final. Cuando sintiéramos que el mundo estaba llegando a su limite —explicó Kyo, mientras Miyavi y Hyde lo seguían por el cielo.

Miyavi tenía dudas pero sabía que las cosas pasaban por algo, que al menos tener fe era necesario y hacer las cosas de forma correcta. Sin embargo, había llegado a ser líder de la Organización solo por confiar en que todo saldría bien.

—¿Dices que Rafael les enseñó todo esto? —preguntó aún con cautela.

—Algunas cosas, otras las fuimos aprendiendo, mientras ustedes olvidaban —contestó Kyo descendiendo, estaban cerca de llegar a la Organización Angelical.

—Me siento incapaz de creer que olvidamos cosas tan importantes —dijo Hyde. 

—No es su culpa, pasa cuando vives tantos años y de pronto tienes otras prioridades. Su cacería de demonios ha llegado demasiado lejos —se paró frente a la puerta de un enorme almacén—. ¿Es aquí? —preguntó.

Miyavi asintió.

La entrada a la Organización Angelical no era para nada imponente, en realidad era una fachada para lo que había detrás. .

Antes de que entraran, Hyde tomó a Kyo por el hombro. 

—¿Tú sabes que estaba haciendo Uruha con Aoi, verdad? —preguntó casi exigiendo.

—No entiendo cuál es su relación ni siquiera sé que hacen juntos. Sin embargo, sé cuales son las posibilidades de su relación.

Hyde abrió mucho los ojos—. Realmente dices que un demonio y un ángel, ¿pueden ser pareja única? —el solo pensamiento parecía aterrorizarlo.

Kyo giró los ojos como si un niño pequeño le hubiera preguntado de qué color era el cielo—. No lo digo, sé que es posible, mis padres eran una ángel y un demonio —dijo como si fuera lo más normal del mundo; los otros dos lo miraban sin poder creerlo—. Somos de la misma especie, solo los propósitos son diferentes —finalizó.

 —Claro, nosotros protegemos a la humanidad, ellos —Hyde iba a decir algo despreciable. 

—Protegen a la tierra —finalizó Kyo antes de que dijera algo más.

Ambos arcángeles cayeron en un silencio sepulcral, como si de pronto hubieran recordado algo que se había ocultado en su memoria. Como un adulto que desbloquea un recuerdo perdido de la infancia y pronto se diera cuenta que toda su vida fue una mentira.

Miyavi abrió y cerró la boca, se había quedado sin palabras. Toda aquella rivalidad con los demonios existía desde que podía recordar, incluso podía pensar que desde su creación habían estado peleando contra ellos. Nunca se había detenido a pensar en los por qué. Simplemente continuaba peleando por puro instinto. Él mismo había formado a los cazadores, había formado parte de su entrenamiento y propósito. 

—Te volviste loco —fue Hyde quien lo devolvió a la realidad por su tono, Miyavi adivinó que estaba pensando lo mismo que él, el daño estaba hecho, no había vuelta atrás.

Y el daño era inmenso.

Kyo no dijo nada mas, se limitó a señalar la puerta. ¿Les molesta si entramos? No es que quiera interrumpir sus dilemas morales pero tenemos asuntos mas importantes de los cuales preocuparnos. Les prometo que si sobrevivimos yo mismo los acompaño a que pidan disculpas a Shou y a la Liga de los Demonios —dijo con sarcasmo.

Hyde giró los ojos, pero Miyavi se adelantó colocando una pequeña llave en una diminuta cerradura que si no ponías atención probablemente jamás notarías que ahí estaba. Giró la llave y la cerradura cedió de inmediato.

Between Angels & Insects [The Gazette]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora