Donde los pequeños Jaemin y Renjun compartían su mismo amor, ellos sabían muy bien que lo amaban, y le daban todo el cariño cuando éste llegaba del trabajo; su único e inigualable Daddy Jeno.
¡Daddy Daddy! Volviste —dijo Renjun mientras corría por su primer amorío. Le quitó la chaqueta a Jeno y lo relajó, dándole un corto y pequeño beso en los labios—.
¡Dada Dada! You're here now. —Dijo Jaemin mientras desabotonaba la camisa de su Daddy—.
Mis preciosos, vengan aquí, Daddy los consentirá. —Dijo Jeno al saber de que sus dos bebés estaban necesitados, los cargó hasta un sofá amplio y empezó a besar a los dos ya antes mencionados, bebés de Daddy...
RenJunnie.
Jaemin vestía igual pero en rosita.