Tu Secreto Es Mío [Actualización]

dia .5

Ella era bella y frágil como una rosa
Él era una bestia esclavo de........
Aaaaa se crean esto no es así

A veces para hacer el bien tienes que hacer el mal, cosas incorrectas , aún así se lo que hago, y se de lo que soy capaz, se que nunca me voy a librar de todo, pero no puedo, cada noche sueño con lo mismo, el olor pólvora regresa a mi nariz, se que necesito ayuda, pero desde aquel día, aquel día en el que perdí todo, aquel día en el que me quede sola, supe que así sería siempre.

- Lucy - abrí los ojos y me di un largo estirón.

- Buenos días, que hora es?- dirigí mi mirada a aquel viejo reloj de pared, 7:30 de la mañana.

- tengo que salir, dile a Dadan que no podré ayudarle en el desayuno - me levanté y me dirigí a la ducha.

- no puede ser, ¿No hay agua caliente?-.

- Lo siento Lucy, aún no llegan los fondos del gobierno, además el dinero que nos diste la vez pasada Dadan lo gastó en pañales y leche para los recién llegados- la voz de Makino se apagó, entendí que tenía que buscar de dónde sacar pero, ni mis dos trabajos son suficientes.

- No te preocupes maki, ya veré de donde consigo .

Salí rápidamente de la ducha y me dirigí a mi closet, elegí un pantalón negro, una blusa de tirantes blancas, una camisa de cuadros y una chaqueta verde.

- No sabemos cómo agradecerte, haces demasiado por todos nosotros, perdón por no apretar demasiado, pero sabes que el bar últimamente no tiene muchas ventas- apenada la chica tomó mi chaqueta y la sacudió.

- No maki, sabes que yo quiero que estén bien, no me gustaría que todos ustedes pasen por lo mismo que viví yo- ella me entregó la chaqueta y sonrió.

- Aún así.... -.

- Ya no te mortifiques, mejor toma esto y ve a pagar el servicio de gas, el agua está helada y la mañana no ayuda mucho, además los niños se van a querer bañar, de por sí batallamos para obligarlos ahora imagina con agua fría- tomé las manos de Makino para poner los billetes.

- De donde...-.

-Son mis ahorros... Ve- ella asintió con la cabeza.

Ella era la unica persona que sospechaba de mi, aún así creo que no se atrevía a preguntar nada al respecto.

Salí junto con ella del orfanato, pero a medio camino nos separamos.

- Y esa gorra?- sonrió.

- Es que.... Bueno creí que combinaba con mi ropa-.

- Entiendo... Bueno nos vemos más tarde- se despidió con la mano y se fue.

Decidí seguir mi camino, subí a un bus, para ir fuera de la ciudad.

- Última parada, calle Acacia- Bajé y seguí a pie, creo que fueron alrededor de 5 minutos cuando llegué a la casa del mafioso más grande de todo Dressrosa.

Toqué un timbre que apenas si se escuchó.

A lo lejos se acercó un hombre alto, de cabello castaño y muy delgado.

-¿Que necesitas?- dijo mientras de recargaba en la puerta.

-Busco a Donquixote Doflamingo-.

- Ni está, vete-.

- Lo busca Lucy Pride-.

El hombre entrecerró los ojos y me vio de arriba hacia abajo, para después sonreír.

-No... La huérfana peliroja, está bien, pero ahora no necesitamos de tus servicios-.

Abrió la reja y me dejó pasar, caminé detrás de él hasta entrar a la gran mansión.

Asombrada observé el lugar de punta a punta.

-¿Quién es esta chiquilla mugrosa?- por las escaleras bajo una mujer agraciada, llegó hasta mi y me observó de pies a cabeza.

- Viene a ver al joven amo- dijo el hombre que me recibió, para después subir esas largas escaleras.

-Largate, el joven amo no tiene tiempo para ti- dijo mientras me empujaba ligeramente.

-No me toque- le regresé el empujón y ella levantó la mano.

- JORA- ella se giró de golpe al escuchar esa voz.

- Joven amo... Yo..- ella de apartó y agachó la cabeza.

Así que ese es el “joven amo” un hombre alto, moreno, de cabello rubio y... Lentes oscuros?

-Lucy Pride... Así que decidiste por fin unirte a mi familia.

-Lo reconsideré...-.

-Familia?- dijo con una gran sonrisa.

- Así es...-.

El hombre comenzó a reír, tan alto que resonó por toda la casa.

- muy bien, pero necesito una prueba de lealtad, sígueme- comenzamos a subir esas largas escaleras para después llegar a un gran despacho.

-No sabes cuantas personas desean formar parte de mi familia, aún así te lo ofrecí a ti, eres apenas una adulta de...-.

-25 años señor..

- De ahora en adelante joven amo para ti-.

- Esta bien... Joven amo- el sonrió.

-Ve al jardín a esperar instrucciones- hice una ligeros reverencia, no vaya a ser que por eso me detenga, el sonrió.

Salí del lugar en dirección hacia el jardín, y a lo lejos divise un chico alto, rubio y con ropas de color muy tenue.

No le tomé mucha importancia, me dirigí a un pequeño lago, había una mesita bajo un arbol, decidí sentarme.

-Cuanta paz... Me gustaría que los niños vinieran aquí, hay mucho lugar por donde correr, un día tendré un lugar así...-.

Sonreí y me levanté.

Qué necesitas- dije antes de darle la vuelta -eres mudo?-.

Me di la vuelta y era el joven rubio, escribió en una hoja y me la dió.

-esto que... Oh ya-.

Quien eres.

-Soy Lucy Pride,tú quién eres...

Donquixote Rocinante

-Ya veo... ¿ Sabes que no te pareces a él verdad?- el negó con la cabeza - no vas a decir na... A es cierto, lo siento-.

-Lucy, te llama el joven amo- me despedí de él y me fui detrás de Jora hasta llegar al despacho de Doflamingo.

-Puedo pasar?-.

-Adelante-.

Al entrar vi a Doflamingo leyendo un libro.

Dressrosa

-El dueño de la joyería me debe dinero, quiero que vayas por el- me asombró un poco.

Qué pasa?- volvió reír.

-Nada, vuelvo más tarde joven amo- dije dándome la vuelta.

Salí de la mansión, para mi suerte un bus pasaba por delante de la casa así que no tuve que esperar mucho.

Todo el camino estuve pensando, pero era lo mejor para todos, lo mejor para mí.

Bajé frente a la joyería, ya era algo tarde así que podia pasar desapercibida.

-¿Lucy,cómo estás?- dijo el hombre.

-Hola señor, vengo... Por órdenes de Doflamingo- el dejó un par de joyas en un buró y sonrió con tristeza.

-Nunca pensé que te fueras a involucrar con esa gente lucy- el hombre sacó una bolsa llena de billetes, lo tome rápido y me dirigí a la puerta.

-No te preocupes Lucy, ten por seguro que Dadan jamás se va a enterar de esto... No por mi boca- sonreí de lado y me fui.

-Antes de que te vayas... Dile a Doflamingo que me golpeaste, lo conozco muy bien- asentí con la cabeza y me fui.