Capítulo 11.

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-¿Puedo?- Emma miró a Sirius suplicante.

-Adelante- Sirius dio un paso atrás y Emma sacó su varita.

-¡Desmaius!- gritó Emma hacia Meredith- ¿Un Avada Kedavra me manda a Azkaban?- Sirius afirmó y Emma bajó su varita para acercarse a la cama donde descansaba la pelinegra y el licántropo a su lado con la mirada asesina clavada en la rubia.

-¡¿Estás loca?!- Remus se levantó y empujó a Emma, Sirius se acercó prudentemente.

-¿Te sucede algo a ti?- Emma se volvió a acercar desafiante- Deberías revisar que tu novia esté viva, pues nunca había hecho ese hechizo- Remus abrió los ojos como platos y se volvió a acercar a Meredith-. Y cuídate las espaldas, Lunático- Emma se acercó a la puerta-, pues podría probar alguna maldición imperdonable- la rubia se transformó de un segundo a otro en un tigre y salió de la casa de los gritos sin que Sirius la lograra alcanzar, aunque éste ni siquiera lo intentó.

El silencio era ruidoso en ese momento. Las miradas hablaban por sí solas. Una de odio y otra de remordimiento. La guerra que se desataba en ese momento era mortal, pero a la vez inofensiva. 

-No se lo ha tomado muy bien...- logró soltar Remus junto a una risita.

-Amigo...- Sirius se acercó y pusó su mano en el hombro de él- Dejaré que te enamores de quién quieras... Pero eso está mal- Sirius se dio la vuelta y salió de allí sin más nada que decir.

***

Los árboles por los que había pasado aquella mancha color blanco habían quedado completamente destruidos. Marcas de ira sobre ellos. Un perro color negro se acercaba sigiloso, viendo la destrucción que se había llevado a cabo aquella tarde. El perro pisó una rama y logró ver como una mancha blanca escalaba un árbol a gran velocidad.

-¿Bajarás?- el perro ahora era un chico bastante guapo, que miraba como el tigre blanco en el árbol se transformaba en una chica rubia y se sentaba en el árbol.

-No sé cómo- se encogió de hombros y rió.

-Ven...- el chico se acercó y subió unas cuantas ramas- Toma mi mano- luego de varios intentos ambos estaban abajo, no de la manera que esperaban, pero estaban abajo en el suelo, sobre las hojas.

-Remus es un...- Sirius la calló con un beso.

-Es mi amigo- se acostó en las piernas de Emma y la miró pensativo-, el amor lo tiene confundido.

-Un Avada Kedavra acabará con su confusión- sonrió con satisfacción y enredó sus dedos en el cabello de él.

 -Te lo vuelvo a repetir, es mi amigo...- se sentó de nuevo y la miró tierno- Nuestro amigo.

-¡Esta con una del grupito de las...!- Sirius estalló en risa y Emma lo siguió interrumpiéndose a sí misma.

-Ven...- se levantó y la ayudó- Vamos al castillo.

-¿A aclarar la mente de Remus?- preguntó ella y Sirius asintió entre risas.

***

-Así que...- Annie se sentó en una de las sillas de la biblioteca y recostó su cabeza sobre su mano izquierda- ¿Cuál es el plan?

-Primero- Meredith giró de su cabeza hasta las chicas-, sacar a Emma de los merodeadores, Remus me dijo que será fácil.

-Enamorar a Remus fue de las tareas más fáciles- Jenna se rió-, y lo peor es que él cree que es amor verdadero.

-Ahora te toca a ti- Mckenzie se giró hacia Jenna-, quitar a Emma del camino de Sirius, será fácil, Emma es otra chica más.

-Y a ti- Meredith señaló a Mckenzie-, enamorar a James.

-Así todas ustedes estarán con los merodeadores- Annie se levantó y caminó hacia el pasillo para salir de la biblioteca.

-¿Tu no?- le preguntó Jenna.

-Ni sueñen que estaré con Peter- rió y salió de la biblioteca moviendo exageradamente las caderas.

Los Cinco Merodeadores. (Harry Potter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora