[05🥀]

65 8 0
                                    

Pov TaeHyung

Llevaba un rato esperando a Jimin en la puerta del centro, pues habíamos quedado en que a tercera me acompañaría a la óptica.

A una cita que tenia concretada a cierta hora.

Pero no apareció.

Sentí una necesidad interior en ir a buscarle a los diez minutos, pero conoco a Jimin, es de los que por mucho que se esfuerce en llegar puntual a los sitios.

Nunca lo hace.

Por lo que esperé por unos diez minutos más, para ir a su salón, y llevármelo a la óptica.

No era que no quisiera ir con otro, ya que los demás chicos de la peña, se ofrecieron en acompañarme.

Pero tenía que hablar con Jimin, y era algo que sólo debía saber él.

Me encaminé hacia su salón, pero en la puerta había bastante gente taponando el acceso a la clase, por lo que me quedé fuera de esta, esperando a que la gente se moviera un poco para yo poder pasar a por Jimin.

Pero no se movían ni un milímetro.

Estaban rodeando a una persona, la cual tenía el cabello blanco y vestía con camiseta negra.

Fue lo único que alcancé a ver, ya que cada vez lo iban rodeando más y más.

Cuando por fin logré tener un pequeño hueco de acceso a la clase, vi a Jimin con la cabeza baja y algo nervioso a la par que sonrojado.

Lo agarré del brazo e hice que se detuviera.

-¿Se puede saber dónde estabas metido? Habíamos quedado hace veinte minutos en la puerta para ir a la óptica.- Dije serio.

Yo siempre era muy puntual, y si alguna vez llegaba tarde a algo importante, lo estaría recordando y repitiendo la mayor parte del día.

Y aún sabiendo eso, en numerosas ocasiones, llegaba relativamente impuntual si iba con Jimin.

Jimin al verme frunció el ceño, pero lo cambió rápido por una expresión de pena.

-Lo siento... -Musitó bajando la cabeza.

Eso, de alguna u otra forma, me hizo sentir culpable, y lo mejor era que no sabía el por qué.

-Vamos, no estés así y coge la mochila, ya llego demasiado tarde...

Sonreí un poco forzado, ya que la mirada de Jimin al decir eso parecía ser de un corderito a punto de ser degollado.

Pero asintió rápido y se acercó a su pupitre a por su mochila.

No tardamos mucho en salir, ya que el hueco por el que había entrado se había mantenido.

Hasta me atrevería a decir, que había crecido un poco.

[. . .]

Y si cuando pensaba que las cosas no podían ir a peor, la puerta estaba cerrada, y no había nadie que la abriera.

En ese momento, no sabía si gritar, dar golpes a algo o llorar.

Era un sentimiento demasiado raro el que, poco a poco, iba inundando mi pecho, haciéndome un nudo en la garganta.

My Sweet Teacher. [YOONMIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora