"Es que no sé cómo funciona esta ducha, de verdad." se excusó Mónica mientras salían del baño, varios minutos después del fallido intento en la ducha. Ambas secaban sus melenas con toallas mientras se miraban, envueltas en sus albornoces del hotel pero desnudas debajo de ellos. El hombro de Ana se había quemado levemente y la piel se le había enrojecido, causándole una leve molestia que la hacía suspirar del dolor. "¿Te duele mucho?" preguntó la cantante, decidiendo que su pelo ya estaba lo suficientemente seco. Pasó al lado de la otra y cogió un cepillo de su maleta, desenredando su melena con calma mientras charlaban.
"Un poco, creo que es más el dolor del momento que otra cosa."
"Si hay algo que pueda hacer, amor... ha sido mi culpa. Lo siento."
"No digas eso, Mónica." Ana se acercó a su pareja y puso la mano en su mejilla, acariciando su piel mientras le sonreía. Poca gente sabía que la cantante era muy reacia al dolor, y que no soportaba ver cómo sus seres queridos lo sufrían por muy mínimo que fuera. A Ana eso le resultaba irónico, teniendo en cuenta las marcas que Mónica le había dejado en las nalgas en más de una ocasión. Sonrió para sí misma, recordando las caras de satisfacción de Mónica cuando observaba los resultados tras una noche de pasión, gesto que no pasó inadvertido para la otra.
"¿Qué pasa?"
"Nada, nada." Ana movió con la cabeza y sonrió dulcemente. "Estaba pensando en que es adorable cómo me cuidas."
"Ya sabes que me importas mucho."
"Y tú a mí." Ana se inclinó y le dio un casto beso en los labios, manteniéndolos contra los de la cantante durante varios segundos. Mónica sonrió con sus bocas unidas, cerrando los ojos y rodeando el cuerpo de su pareja con sus brazos. "Igual deberíamos pedir un poco de hielo para ponerlo encima de la quemadura." susurró la actriz, notando como el dolor en su hombro se volvía intenso en cuestión de segundos.
"Vale, voy a llamar." dijo la otra, acercándose al teléfono que había encima de la mesita de noche y marcando el botón de recepción antes de descolgar. Mónica se mordió el labio y decidió vestirse antes de que trajeran el hielo, aprovechando que tenía unos pantalones y camisa preparados en una silla cercana. Poniéndose la camisa, esperó a que sonase el tono de llamada y se sentó en la cama, agarrando los tejanos limpios y empezando a ponérselos mientras sujetaba el teléfono contra su hombro. Ana parecía tener otra idea, descartando su albornoz y exponiendo su espalda a la otra al tumbarse de lado, evitando que el hombro quemado tocase la cama. Mónica levantó una ceja, girando su cuerpo y inclinándose para darle un beso en la nuca pero incorporándose inmediatamente al oír la voz del encargado de recepción. "Hola," dijo la cantante, reemplazando sus labios con la caricia de sus dedos arriba y abajo de la columna vertebral de la otra. "Buenas tardes. Mire, hemos tenido un pequeño accidente con el agua caliente de la ducha y mi amiga se ha quemado el hombro, necesitaríamos que nos traigan un poco de hielo a la habitación. Sí, la 311. Muchas gracias." Mónica colgó el teléfono. "Ya está. Dicen que subirán lo más rápido posible."
"Con que tu amiga, eh."
"Sabes que tenemos que pasar un poco desapercibidas con este tema."
"Ya, pero eso no quita que duela cuando te oigo decir que solo soy una amiga." Ana suspiró, mirando a la otra de reojo pero luego girando la cara. Mónica se giró y se se sentó con las piernas cruzadas, acompañando el suspiro de su pareja con uno propio. "Entiendo por qué lo haces, y lo comparto." murmuró la actriz. "Nunca me ha gustado salir en la prensa rosa, y no quiero una salida del armario a lo grande en una revista de estas misóginas o que nos pongan un titular de estos que hacen como que las lesbianas no existen."
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Sucedió en México
RomanceAna y Mónica viajan a México para empezar el rodaje del programa de la cantante, escondiendo que en realidad son algo más que amigas.