Algo innegable,
Es que nos atraemos,
No sabemos el porqué.
Yo te siento, tu me sientes,
Tu me vives, pero yo no a tí,
Y es que aún con todas las ansias del mundo,
No puedo evitar ver más allá...
Tu lo ves efímero, temporal,
Porque tienes que perder,
Yo por mi parte, y en contrariedad,
Ya no tengo nada más que apostar,
Que una bastarda soledad,
Por lo tanto estoy en riesgo, de no lograrme alejar, cuando llegue el momento.
Sí, estás acá por algo,
Aún no lo sé muy bien,
Solo me haces sentir viva,
Y eso alimenta tu ego.
Eres un dilema,
Eres una duda,
Ni tú mismo sabes lo que dices,
Porque no coincide con lo que haces.
Oh, no hay nada más que me intrigue en este preciso instante,
El saber qué pensarás de mí,
Cuál es tu veredicto,
Sí al final de esta guerra, saldrás invicto.
Por lo pronto he concluido,
Que soy una escena más en tu obra de teatro,
Porque soy solo una actriz de reparto,
Y tú, el actor principal.
Y lo sé, y me hierve la sangre,
Pero no puedo evitarte,
Me das paz al instante,
Pero después, viene la tempestad.
Te escribo porque el sentimiento que causas en mí lo amerita,
Mas tú no, no eres merecedor de tan siquiera una línea,
Porque eres un jugador (muy astuto, debo admitirlo).
Y te irás, como hoy te fuiste de regreso a casa,
Tranquilo y en calma,
Satisfecho y sin remordimientos,
Porque viviste bien el momento.
Y yo que me lamento,
Porque lastimosamente el afán,
Me libra tanto como me ata,
No puedo dejar de pensar,
En lo que me será devuelto mañana,
Me tortura, me consume,
Pero estoy totalmente segura,
De que no me arrepentiré.
No sé cómo (al final de cuentas) lo veas tú,
Yo lo veo, lo siento y sé,
Que pronto te irás para siempre, y a eso, nunca he estado renuente.
